El goleador Dirk Nowitzki y los bases Jason Terry y José Juan Barea sumaron 63 puntos para que, venciendo en la noche del domingo 105-95 al Miami Heat en la sexta final, los Dallas Mavericks aseguraran su primer título de la NBA en 31 años de vida, al imponerse 4-2 en la serie al mejor de siete juegos y cobrarse así su derrota de 2006 ante ese rival en la misma instancia.
Nowitzki, que no comenzó con su acostumbrada efectividad al encestar 10 de su primeros 12 tiros al canasto, encendió motores en la recta final para cerrar la noche con 21 puntos y 11 rebotes, justificando su designación como el Jugador Más Valioso (MVP) de la serie final.
El base Terry resultó un arma clave de los Mavericks saliendo de la banca, y en este partido decisivo cargó con el equipo para meterlo en la pelea con una serie de canastas pegadas en cada mitad del partido.
De su lado, el puertorriqueño J. J. Barea se ganó a pulso su inclusión en la alineación titular en los últimos tres encuentros, y en este terminó con 15 unidades y 5 asistencias, su mejor resultado en las cuatro series de playoffs que sostuvieron los Mavs camino a la final.
La noche resultó redentora también para los veteranos Shawn Marion y Jason Kidd, que tampoco habían podido colocarse un anillo de campeón pese a sus largos años en la NBA. Marion consiguió 12 puntos y 8 rebotes, y Kidd aportó 9 cartones y 8 asistencias.
Por el lado de Miami, sus Tres Reyes consiguieron 57 de los puntos del equipo, con 21 cartones para LeBron James, 19 para Chris Bosh y 17 a la cuenta de Dwyane Wade.
El partido comenzó a lleno completo (20.003 espectadores) en la Arena American Airlanes de Miami, y con LeBron James encestando 8 de los primeros 14 puntos del Heat. Empero, James volvió a hacer una de sus desapariciones notorias en esta serie, y no se hizo presente de nuevo hasta los finales del segundo cuarto, cuando encestó desde fuera.
"Ellos entraron a una defensa por zona desde el primer cuarto, y eso nos sacó de ritmo, especialmente a LeBron", se justificó Erik Spoelstra, el técnico de Miami, al que muy probablemente le cueste el puesto esta debacle.
Miami se adelantó por 7 en el primer cuarto, hasta que faltando poco más de 5 minutos la Hormiga Atómica Jason Terry salió de la banca y le cambió la cara al juego de Dallas, encestando en sucesión 9 puntos para que su equipo se llevara el primer acto del drama con pizarra de 32-27.
Los Mavs fabricaron una ventaja de 12 puntos en el inicio del segundo parcial gracias a dos triples pegados de DeShawn Stevenson, pero después se eclipsaron al igual que su estrella Nowitzki, que estuvo peleado con el aro en toda la primera mitad.
Después de un tiempo pedido por el técnico Erik Spoelstra, Miami ligó una racha de 14-0 para cambiar el marcador e irse arriba 42-40 en la medianía del segmento.
En ese momento se produjo un conato de bronca en que las dos bancas se vaciaron, pero los árbitros lograron controlar la situación sancionando con faltas técnicas a Stevenson y los miamenses Udonis Harlem y Mario Chalmers.
El incidente cortó el buen paso que llevaba el Heat. Terry volvió a salir de la banca para sentenciar el parcial con 10 puntos en sucesión, y así Dallas se fue a los vestidores ganando 53-51.
Los texanos mantuvieron la presión en el tercer tramo, y con buenas penetraciones de JJ Barea y los únicos dos triples de la noche de Jason Kidd, mantuvieron el comando 81-72 al cierre de la tercera ventana del partido.
Otra disertación de buena puntería de Terry en el cuarto final y el despertar de Nowitzki sentenciaron las aspiraciones de Miami, que sufrió apenas su segunda derrota en nueve partidos de estos playoffs en su cancha. Claro que este revés fue el más costoso de toda la temporada para un equipo que gastó mucho en tres astros, quienes se derritieron como mantequilla bajo el calor texano.
Fuente: AFP.
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