viernes 29 de marzo del 2024

El excéntrico dueño de los Mavs

Mark Cuban gastó U$S 880 millones desde que compró a los Mavericks para ver a su equipo campeón de la NBA. Historia de un personaje. Galería de fotosGalería de fotos

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Dallas Mavericks logró ganar su primer anillo en la NBA luego de derrotar en la serie final a Miami Heat. Para la gran mayoría el héroe fue el alemán Dirk Nowitzki, quien además se llevó el premio al Jugador más Valioso de las finales. Sin embargo, el otro protagonista es Mark Cuban, el excéntrico dueño de la franquicia texana, que está tan contento que hasta se lleva el trofeo al baño.

Cuban, de 53 años de edad, compró a los Dallas Mavericks en el año 2000 a cambio de 285 millones de dólares con el sueño de obtener el tan anhelado título en la mejor liga de básquetbol del mundo. Desde que adquirió la franquicia, los Mavs siempre clasificaron a los Playoffs y llegaron a una final en la temporada 2005/06 que terminaron perdiendo ante los Heat. Pero la espina de no ser campeón estaba clavada en el empresario.

Para ser campeón, en once años como dueño, Cuban gastó 880 millones de dólares en el armado del plantel. Además, para esta temporada acertó al sostener al mejor jugador del equipo, Dirk Nowitzki, quien percibe algo más de 17 millones al año. Esta decisión fue vital, ya que el alemán terminó siendo la pieza clave en las finales.

Desde que está al frente de las finanzas de los Mavericks, Cuban debió pagar reiteradas multas que treparon a casi dos millones de dólares debido a su mala conducta en los estadios. Llegó a insultar árbitros y hacer gestos obscenos delante de las cámaras cada vez que Dallas perdía un partido.

No sólo del negocio con el básquetbol vive este multimillonario dueño de varias empresas, entre ellas una cadena televisiva de alta definición por satélite en los Estados Unidos. En su blog personal escribió un decálogo para hacerse rico. “Hay que ahorrar hasta el último centavo”, anconseja el empresario que de chico vendía bolsas de basura como primer negocio.

A Mark Cuban se lo puede reconocer fácilmente cuando su equipo juega en el American Airlines Center ya que se ubica en primera fila, bien cerca de los jugadores, como si fuera un hincha más. Y tan contento está con el campeonato que no suelta el trofeo ni para ir al baño, según una foto que colgó su propio hermano en Twitter. Queda bien que claro quién es el verdadero dueño de la pelota en Texas.

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