jueves 28 de marzo del 2024

Los dilemas de Sabella

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Discusiones sin sentido se han planteado en torno a la Selección Argentina y a su nuevo entrenador, Alejandro Sabella. Desde diversos sectores se pontifica sobre la necesidad de un cambio radical en el plantel de jugadores que disputarán las Eliminatorias y serán la columna vertebral del flamante técnico.

Algunos son más osados: directamente plantean la formación de un combinado local para poder trabajar en el predio de Ezeiza, ignorando que los futbolistas argentinos duran un suspiro en la primera división de nuestro país e inmediatamente son transferidos al exterior. Del último intento ya se despidieron Enzo Pérez, Federico Fernández, Maxi Moralez y Erik Lamela, por ejemplo. Aunque quieran insistir en más de lo mismo, la realidad es dura y contundente.

Parece haber coincidencia en una buena parte de los futboleros criollos en separar las líneas en la Selección: una cosa son los delanteros (Messi, Gonzalo Higuain, Agüero) más el agregado prometedor del cordobesito Pastore y otra muy distinta son las otras dos franjas de futbolistas. Si bien Chiquito Romero o Sergio Andújar parecen quedarse con el puesto de arquero sin mucha discusión, para armar la defensa y el mediocampo sobran los nombres pero escasean los que tienen las credenciales suficientes para demostrar que deberían ser titulares.

Tomando en cuenta la cuestión biológica, está claro que Heinze, Zanetti, la Brujita Verón y Riquelme no llegarán al Mundial 2014. Y que las chances de Samuel, Demichelis, Burdisso, Gaby Milito, Cambiasso, Lucho González y Sebastián Domínguez se reducirán por la cuestión de la edad, más allá de su nivel.

La increíble escasez de marcadores laterales y de mediocampistas que habiten los sectores derecho e izquierdo de la cancha es un dato a tener en cuenta para poder cambiarlo. Para eso habrá que trazar el objetivo de formarlos y consustanciarlos con esas posiciones esquivas. La cincocracia que armó Sergio Batista (Gago, Mascherano, Banega, Cambiasso y Biglia) no pasó la prueba positivamente y habrá que barajar y dar de nuevo. ¿Podrá Mascherano jugar como zaguero central? ¿Se adaptará Gago a la función de mediocampista derecho? Son posibilidades para no descartar.

Hay una larga lista de nombres de jugadores que han sido convocados y no han rendido lo que se esperaba de ellos: Di María, Tévez, Lavezzi, Diego Milito y Zabaleta más los citados antes, encabezan la nómina. ¿Vale la pena llamarlos de nuevo? ¿Hay sustitutos de gran nivel?

La respuesta es no. Sencilla, directa, concreta. No los hay. Por lo tanto, las opciones de Sabella son tres. La primera, insistir con el mismo plantel de la Copa América más algunas modificaciones menores. El mismo equipo con errores serios atrás, con intrascendencia en el medio y buenos delanteros con poca conexión entre sí. La segunda será hacer un cambio revolucionario y dejar en sus clubes a los “europeos” y proponer una salida autóctona con lo que queda en el país más algunos que se fueron hace poco: los ya mencionados Enzo Pérez y Federico Fernández, la juventud de Otamendi, la regularidad de Papa, lo que aporta el Chapa Zapata, la seguridad de Bottinelli o de Seba Domínguez o Desábato, el despliegue de Braña o de Yacob, el talento de Valeri o de Mauro Formica, los candidatos son muchos pero apenas se cuentan con los dedos de la mano aquellos que pueden ser titulares sin discusión.

La tercera opción será mirar con microscopio el material que se tiene, analizar virtudes y defectos, dejar de lado situaciones conflictivas anteriores, priorizar a aquellos que sienten rabia por los últimos rendimientos y tienen todas las ganas de cambiar la historia. Resolviendo, metiendo mano, seleccionando, que es finalmente para lo que llegó Alejandro Sabella. Aunque haya quienes piensen que será un títere de Julio Grondona. Nada más lejos de la verdad.

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