viernes 29 de marzo del 2024

Un argentino para revivir a Cuba

Ariel Amarillo dirigirá a la selección cubana de básquet que jugará el Preolímpico. Cómo es trabajar en la Isla. Su amistad con Sergio Hernández.

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La cuenta regresiva para el Preolímpico de Mar del Plata está en marcha y cada una de las selecciones encaran la etapa final de preparación. Uno de esos equipos es Cuba, que volverá a competir en el Torneo de las Américas tras doce años de ausencia y quien estará al frente del gran desafío será un DT argentino: Ariel Amarillo.

Mientras la selección centroamericana juega sus últimos amistosos en Uruguay, Amarillo tiene en claro cuál es el objetivo principal. “La idea es formar un equipo competitivo que vaya al Preolímpico con una cierto protagonismo y no ser un mero espectador. Dentro de esos parámetros veremos si podemos entrar en segunda fase, que es una meta bastante ambiciosa y difícil", le indicó a 442 desde Montevideo.

A sabiendas de que será durísimo pasar la fase previa, en la que comparte grupo con Brasil, República Dominicana, Venezuela y Canadá, el argentino reconoce que su equipo tiene un promedio de 23 años y es totalmente amateur. "La mayoría de los jugadores son estudiantes de educación física", explica el DT nacido en San Nicolás. "Volver al mejor nivel internacional no se consigue de un día para el otro, máxime que Cuba no tiene jugadores profesionales que no pueden competir en el exterior", agrega.

Amarillo desembarcó en La Habana en marzo mediante un proyecto de FIBA Américas (entidad madre del básquet en el continente) en el que brinda ayuda a las federaciones que lo soliciten. "Cuba pidió un entrenador extranjero tanto para la selección masculina como femenina y surgió mi nombre", relata el técnico quien además se encargará de seguir adelante con la escuela de entrenadores existente en el país.  “Mi contrato finaliza en octubre pero la idea es continuar para que en dos o tres años se pueda volver a insertar a Cuba en el máximo nivel internacional”, explica.

Más allá de lo basquetbolístico, el comportamiento de la gente en la isla no pasa desapercibido para el técnico que llegó desde Argentina. “Me tratan excelente. Desde el primer momento fui recibido de la mejor manera por los dirigentes y por el pueblo cubano, que es amable, solidario y profundamente respetuoso". Y agrega: "El pueblo tiene mucha cultura, lo que habla muy bien de la educación y el respeto por la historia. Pese a las dificultades que tienen tratan de poner la mejor cara a los visitantes".

Otro tema importante al que hace referencia Amarillo es la política deportiva cubana. “Está muy bien planificada y pese a la crisis económica hay una importante partida de dinero al deporte y se privilegia a los medallistas de juegos olímpicos o mundiales. Tratan de brindarles la mejor infraestructura posible para desarrollar sus actividades. Me saco el sombrero por lo que se hace en cuanto a preparación y exigencia", resalta.

Sin embargo, el técnico que también dirigió en Venezuela a los Bravos de Portuguesa aclaró que “el básquet no está entre los privilegiados porque no brinda medallas al país. No obstante está dentro de la estructura y tiene una competencia interna similar a la Liga Nacional de Argentina que tiene ocho equipos representando a las provincias, ya que los clubes no existen”.

Además de haber dirigido a los dos equipos más importantes de su ciudad en la Liga Nacional como Belgrano y Regatas, Ariel Amarillo se dio el lujo de ser el asistente de Sergio Hernández en el glorioso Estudiantes de Olavarría. "La experiencia fue muy enriquecedora, es un orgullo haber estado cerca suyo. Es el mejor entrenador que hay en el país y uno de los mejores del mundo, pero además es una gran persona", comentó quien coincide con el Oveja hasta en los hijos, ya que ambos tienen mellizos.

Por último, Amarillo admitió que en Mar del Plata será "el hincha número uno" de la Generación Dorada a pesar de ser el  director técnico de Cuba.  "Antes del juego en Rosario (Argentina ganó 80 a 67)  con el himno y la presentación de los equipos sentí algo raro, muy difícil de explicar”, admite.

“Soy optimista respecto del equipo argentino, tiene un gran entrenador y un grupo de jugadores que cuando llega el momento de la verdad se únen con un hambre de ganar tremendo y no me caben dudas de que van a lograr una de las plazas para los Juegos Olímpicos", cerró quien pese a tener los colores celeste y blanco en el corazón, defenderá la bandera cubana.

(*) especial para 442