Alguna vez confesó que nunca le gustó hacer deporte y que no comprendía cómo se había convertido en una tenista profesional. Ahora, Serena Williams habló sin pelos en la lengua sobre algunos aspectos íntimos de su vida. "Nunca he querido ser un hombre. Me encanta comprar, vestirme... si fuera un hombre, sería gay", admitió la estadounidense de 30 años.
"Me encanta ponerme tacones y vestidos ajustados y, además, me encantan los hombres", explicó Serena en una charla con el diario deportivo francés L'Équipe, de cara a su debut en Roland Garros.
"No me acuerdo de la primera vez que me enamoré. Pero hace cuatro años amé a un hombre. Rompimos. No es tan fácil tener una vida amorosa estando en el circuito", confesó la menor de las Williams. "No me gustan los hombres frágiles. Me gustan fuertes, los que no lloran nunca", agregó.
Serena también habló del orgullo que siente por ser negra. "Siempre he adorado ser una mujer negra. Represento tanto para los afroamericanos y para la gente de color en general que no quiero que eso cambie. Estoy orgullosa de mi negritud. Sé que muchos negros preferirían ser blancos. Me parece una locura. Estoy orgullosa de ser lo que soy", aseguró.
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