viernes 29 de marzo del 2024

Brasil lo ganó con un penal agónico

Una mano de Desábato sobre el final permitió a Neymar poner el 2-1 en Goiania. Argentina arrancó ganando con un golazo del Burrito Martínez. Fotos. Galería de fotosGalería de fotos

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En el encuentro de ida del denominado "Superclásico de las Américas" disputado en el estadio Serra Dourada de Goiania, Brasil venció esta noche 2-1 a Argentina con un agónico penal convertido por Neymar, tras una mano dentro del área de Leandro Desábato.

Juan Manuel Martínez adelantó a la Argentina a los 19 como corolario de una gran jugada colectiva, que finalizó con Clemente Rodríguez enviando un centro desde la izquierda y el ex Vélez definiendo espectacularmente de zurda. Apenas seis minutos después, Paulinho, en posición adelantada y con un hombrazo, desvió un tiro libre desde la derecha de Neymar para estampar la igualdad.

El tanto del triunfo brasileño llegó a los 48 minutos del complemento, cuando Neymar ejecutó muy bien la pena sancionada por la mano de Desábato.

Esa conquista del jugador del Santos fue un premio para la búsqueda permanente de Brasil, aunque careció de luces, y un castigo para el equipo de Alejandro Sabella, que en el último cuarto de hora fue incapaz de rescatar la pelota y por eso quedó excesivamente apretado cerca de Oscar Ustari.

Si bien llegó en el primer remate al arco de los argentinos, el gol de Martínez fue consecuencia de una brillante maniobra colectiva, que incluyó el pivoteo de Hernán Barcos, la apertura de Maximiliano Rodríguez y el centro que envió Clemente Rodríguez tras su proyección bautismal sobre la izquierda.

Pero a los 24 hubo una mancha en el plan albiceleste, ya que Clemente se apuró al cometerle una clara falta a Neymar sobre el sector derecho de la ofensiva local. Fue entonces cuando Paulinho puso el empate, valiéndose de un hombrazo y desde una posición adelantada no advertida por las autoridades del partido.

El resto del primer capítulo se jugó sin aproximaciones a los arcos, porque los anfitriones carecieron de cambio de ritmo y sorpresa mientras los de la AFA siguieron con su esquema calculador.

Por el lado albiceleste, el Burrito Martínez fue muy importante con su técnica individual para aportar desahogo. Los mediocampistas Maxi Rodríguez y Pablo Guiñazú también supieron cuidar el balón y lo mismo ocurrió con el otro delantero, el debutante Barcos.

En cuanto al mediocampo, fue infatigable la tarea del solidario Rodrigo Braña. Y los cinco del fondo jugaron con suficiente solidez, aunque por supuesto que los favoreció un esquema tan cerrado y especulador.

En la segunda parte Brasil procuró soluciones para tratar de imponerse en el clásico y por la urgencia que tiene Menezes en obtener resultados, dado que su continuidad en el cargo corre peligro y más aún desde que Felipe Scolari se desvinculó del Palmeiras. De todos modos, y si bien avanzaba con insistencia, siguió careciendo de claridad y penetración.

Sabella quiso sacar provecho de las necesidades de Brasil y mandó a la cancha a Rogelio Funes Mori en reemplazo de Barcos, con la intención de hacer valer su frescura. Pero al conjunto de la AFA cada vez le costaba más tomar contacto con el esférico. Tampoco sirvió la entrada de Leandro Somoza por el Burrito Martínez, para intentar reforzar la resistencia.

Así llegó la mano intencional de Leandro Desábato dentro del área que le permitió a Brasil respirar por el penal que convirtió Neymar, con un remate potente y esquinado, arriba y a la izquierda de Ustari. Y así, a la especuladora Argentina de Sabella el negocio redondo que buscaba se le frustró en la última escena.

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