miércoles 24 de abril del 2024

El intendente que corrió por Malvinas

Insulino dependiente desde hace 15 años, Federico Sciurano corre para mantener "una vida plena". Sus ultra-maratones y el pedido por las Islas. Galería de fotosGalería de fotos

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Hace 15 años le detectaron diabetes tipo 1. La insulina se volvía así parte de la vida cotidiana obligándolo a recibir cuatro dosis por día. El deporte, que hasta ese momento era sólo una “pasión”, se volvió a la vez una necesidad para mantener una vida que él define "plena". Corredor de dos históricas ultra-maratones solidarias, el domingo pasado recorrió una maratón de 10,5 kilómetros organizada por el Municipio de Río Grande, Tierra del Fuego, en el marco de la campaña “Malvinas, corazón de mi país”, una iniciativa de la organización Pueblos por Malvinas y que tiene como objetivo final juntar un millón de firmas para lograr el diálogo entre el Reino Unido y la Argentina.

“Para mí correr es una pasión y todo lo que tiene que ver con la soberanía de las Islas Malvinas acá en Tierra del Fuego se vive de una manera muy apasionada. Es insostenible que alguien a miles de kilómetros puede tener soberanía sobre un territorio que está en nuestra plataforma continental. Las Islas son nuestras y las queremos recuperar de esta manera”, aseguró a 442 Federico Sciurano, intendente de Ushuaia desde 2007 y reelecto en 2011.

“Voy a perder, esa es una definición”, bromeó Federico antes de iniciar la carrera en el Sur. Pero llegar primero nunca fue su anhelo. Él se define como un “corredor voluntario”.

De ultra-maratones a Malvinas. En octubre de 2012, la Fundación Un Lugar en el Mundo se presentó en la intendencia de Ushuaia con el pedido de una camioneta para poder trasladar a chicos con discapacidad. Ante la falta de recursos económicos, surgió la idea de organizar la primera ultra-maratón, “una causa que nos une”. Sciurano corrió 210 kilómetros en seis días, uniendo las ciudades de Ushuaia y Río Grande.

“Cuando termine la primera ultra-maratón, mi reacción cuando me preguntaron si iba a correr otra fue ‘ni loco corro otra’ porque lo viví de una manera extraordinaria pero llegué muy cansado. A los pocos meses vino la gente del LALCEC (Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer) con otra propuesta. Empecé a mirar los videos de la carrera del año anterior y pensé en mi viejo y en mi suegra que habían fallecido por esta enfermedad. Hablé con mi preparador físico y en 40 días estábamos arrancando de vuelta en San Sebastián, Río Grande”, recordó el intendente a este sitio.

Para ese segundo desafío, redobló la apuesta. Sciurano unió San Sebastián con la capital de Tierra del Fuego en nueve días, recorriendo 300 kilómetros en total. Tal como en la primera oportunidad, la segunda carrera solidaria también fue exitosa en recaudación.

“Yo soy insulino dependiente de tipo 1. Me inyecto cuatro veces por día insulina. No soy un corredor profesional. Hay corredores en el mundo que corren 100 kilómetros por día”, contó Sciurano, de 46 años y padre de cinco hijos.

Llegó a la carrera por Malvinas con las molestias de una periostitis –lesión típica del corredor, profesional o “voluntario”, es la inflamación de la capa más superficial del hueso-, todavía en recuperación. Pero hay un mensaje que tanto para Federico como para los más de 3000 maratonistas que se sumaron a la maratón en Río Grande vale el esfuerzo. “El mensaje que le damos al mundo;  el mensaje de paz, de tranquilidad, de vida sana, de fortaleza ante la defensa de lo que nos corresponde”.

Para los fueguinos como el intendente de Ushuaia, parece tratarse de un “mínimo aporte”. “Así sea estar parado en la largada para que los ingleses entiendan lo que son las islas para nosotros a mi me da mucha motivación. Por eso me hizo muy bien la maratón, tener el acompañamiento de los veteranos porque hoy también es una reconocimiento hacia ellos”, sostuvo Sciurano minutos antes de que el conteo de largada diera inicio a un evento que reunió a 10 mil personas a 705 kilómetros de Puerto Argentino, capital de las Islas Malvinas.

(*) Editor de 442, desde Río Grande, Tierra del Fuego