Javier Cantero renunció a la presidencia de Independiente en medio de la crisis institucional y deportiva que vive el club que tiene un millonario pasivo y a la vez intenta volver a la primera división.
El vicepresidente Claudio Keblaitis quedará a cargo del club, aunque seguramente con la compañía de la oposición moyanista, y se llamaría a elecciones en julio próximo.
La intención de oficialistas y opositores es evitar la intervención del club, que tiene un pasivo inédito de 400 millones de pesos.
La oscilación de la marcha del club y del propio Cantero puso en duda la dimisión aunque con el correr de la tarde se confirmó que el dirigente, de 56 años, daba un paso al costado para liberar la cancha a un acuerdo con la opositora Agrupación Independiente (AI) por el cual ese sector se sumará a la administración del fútbol a cambio de ingreso de dinero para asegurar el pago de cinco meses de sueldos a los futbolistas.
Se esperaba que Cantero realice su última gestión firmando ese acuerdo con AI, la agrupación que tiene al jefe sindical Hugo Moyano como principal referente, y a quien el dimitente e enfrentó en sus comienzos de gestión.
El titular del club había dejado plantado a la oposición en AFA reclamando cambios en dos puntos del acuerdo que habia redactado Miguel Silva, secretario general de la sede de Viamonte.
Cantero terminó de desmoronarse cuando el entrenador Omar De Felippe salió a exigir unión porque el club era "un quilombo", tras el empate frente al debil Almirante Brown.
Con la caída 3-1 ante Crucero del Norte reverdeció la bronca. Sin diálogo con el plantel, Cantero tenía en De Felippe uno de los pocos canales de comunicación.
En tanto, la barra brava encabezada por Pablo "Bebote" Alvarez, hace leña del árbol caído y demostración de fuerzas, llamando a manifestaciones contra Cantero frente a su casa.
Fuente: DyN