El precio que deberá pagar Tinelli para presidir la AFA

El lunes 9 Marcelo Tinelli fue en auto hasta la Quinta de Olivos. Se reunió con Máximo Kirchner cara a cara. Se saludaron con frialdad pero cerraron la conversación con un abrazo y palmadas en la espalda. Como amigos.

Tras el frustrado acuerdo para hacerse cargo del Fútbol Para Todos, Tinelli volvió a acercarse al gobierno nacional, según informó la última edición de la revista NOTICIAS. El conductor se imagina como presidente de la AFA y el kirchnerismo - ahora sí- parece dispuesto a negociar.

El oficialismo y el conductor tienen un problema: el tiempo. La Presidenta atraviesa sus últimos meses de mandato sin posibilidad de reelección y Tinelli ve un problema a la vuelta de la esquina: no tienen la antigüedad suficiente como dirigente en San Lorenzo para poder aspirar al sillón que ocupó Julio Humberto Grondona y en el que hoy se sostiene Luis Segura. Por eso, quiere cambiar las reglas. Para lograrlo se reunió con dirigentes de poder dentro del fútbol. Primero con Hugo Moyano, presidente de Independiente, y su hijo Facundo.

Tinelli tiene dos alternativas: o consigue los votos para un cambio de estatuto que lo habilite como candidato o retrasa las elecciones hasta 2016.

El conflicto del FPT con el gobierno fue por la publicidad, ya que quería que entraran anunciantes privados y disminuir la propaganda política del kirchnerismo.

A pocas semanas del comienzo de una nueva temporada del Bailando por un Sueño, Tinelli no oculta sus ganas de hacerse cargo de la AFA y de paso agita un fantasma que inquieta a todos: la posibilidad de que juegue en política. "Me ofrecieron -reconoció este año- hacer algo importante en provincia. Y dije que no".

Tinelli sabe que manejar la AFA es manejar un presupuesto millonario. Los clubes están atados al FPT y el apoyo del Gobierno es fundamental en la carrera por la presidencia de la AFA. La duda que sobrevuela los pasillos de Ideas del Sur es qué va a tener que hacer Tinelli a cambio. Por ahora, su canal de YuoTube dedicado al humor político parece abandonado.

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