martes 16 de abril del 2024

Los hombres que sacan rédito del sijulismo

Enrique Merelas, Francisco Marín y Claudio Chiqui Tapia llegaron a la AFA desde clubes de ascenso y se hicieron influyentes por la obsecuencia a Grondona. Hoy mantienen su poder.

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"Yo no sabía ni lo que estaba votando cuando levanté la mano”, admitió María Jesús Rivero, vicepresidenta de San Martín de Tucumán en 2009 sobre el consenso de las decisiones tomadas en AFA. “Todos sabemos que jamás se hizo una votación”, agregó Daniel Angelici, mandamás de Boca, cinco años más tarde. El fallecido Julio Grondona, que gobernó la AFA durante 35 años, se respaldó en un grupo de dirigentes que a todo le dijo que sí, que jamás objetó una determinación y que ni siquiera ante los peores escenarios se atrevió a marcar una postura distinta. La obsecuencia de los directivos más importantes del ascenso firmaron la continuidad de un legado oculto que revela que no todo pasa. Desde las sombras, ellos conducen los destinos del fútbol argentino y ocupan cargos importantes en los seleccionados nacionales. Enrique Merelas, presidente de El Porvenir; Javier Marín, de Acassuso; y Claudio Tapia, de Barracas Central, son los herederos de un sistema de gobierno largo y personalista, que no se extinguió ni con la muerte del propio Don Julio.

El primero. Enrique Jorge Merelas es presidente de El Porvenir. La única vez que refrendó su cargo en las urnas fue en 2006, en una elección fraudulenta, según los miembros de la oposición. Controvertido como pocos, jamás intentó ocultar su devoción por Julio Grondona: “Se fue mi hermano, nunca habrá otro igual”, sostuvo entre lágrimas en el velatorio realizado en el predio de Ezeiza. Esa relación de hermandad es la que hoy le permite al mandamás de Gerli estar a cargo de las selecciones juveniles de AFA. Su poder en AFA quedó demostrado tras una fuerte discusión con Carlos Tojo, ex entrenador de divisiones menores, que provocó la salida de Néstor Pekerman y Hugo Tocalli. “Grondona siempre me hizo caso. La única vez que se equivocó fue al poner a Maradona como técnico de la selección. Yo le avisé que iba a ser un cambalache y estuvimos a punto de no clasificar”. Maradona, lejos de poner paños fríos, reveló: “Quedó caliente porque le cerré la puerta del vestuario en la cara”.

Hace algunos años, Merelas fue denunciado en el Inadi por un socio al que trató de “judío de mierda”. “Es un sinvergüenza. No está bien ese muchacho, necesita atención médica urgente”, explicó Darío Díaz Pérez, intendente de Lanús en radio La Red. Peronista desde la cuna, primero instaló en El Porvenir una carpa de circo apadrinada por Edualdo Duhalde, gracias a la gestión de Maximiliano Punta, puntero de Lanús y miembro de la barra. Luego cerró filas con Nicolás Russo, ex presidente del club granate, también ligado a AFA y actual concejal por el Frente Renovador. Y como si fuera poco, por intermedio del Jona de Monte Chingolo, jefe de la banda del Porve, en las últimas horas se reunió con gente del Sindicato de Obreros Panaderos del Partido de Lanús para que auspiciara la camiseta del equipo de Luis Ventura durante el año del centenario.

La barra del club de Gerli, que va a ver al equipo de visitante gracias a la gentileza del propio Merelas y del vice Cristian Rodríguez, hace un tiempo paseó un cortejo fúnebre por el medio de la cancha y les pegó a los jugadores que estaban entrenando. Además, durante una pelea interna desatada en la confitería del primer piso, el Chileno Sepúlveda, miembro fuerte de la hinchada, salió volando por la ventana producto de una trompada que lo hizo atravesar el vidrio y caer inconsciente en la planta baja. Esa misma confitería fue uno de los lugares de reunión de doscientos barras durante la creación de Hinchadas Unidas Argentinas bajo el padrinazgo del kirchnerista Marcelo Mallo.

“Boludo, si yo quiero matarte, te mato. Si tengo ganas, te pego un tiro”, le dijo Merelas a Mariano Garmendia, un socio que le cuestionó en una asamblea la caída futbolística del equipo. Gabriel Bran, de la Agrupación Porvenir para Todos, también fue amenazado de muerte en esa misma asamblea delante de un escribano público y un funcionario de Inspección General de Justicia: “Parece el abuelito de Heidi pero es un delincuente. Borró del padrón a todos los socios que no lo querían y se quedó con un club familiar que da lástima en la D. En cualquier momento vende el club y levanta un complejo de torres”.

El segundo. Francisco Javier Marín logró que el pequeño club de la B Metropolitana del que actualmente es su vicepresidente primero, Acassuso, resultara ser uno de los más favorecidos ($ 4.827.908,21) en el reparto del dinero anticipado por la televisación de los partidos. Pipo, como se lo conoce en la calle Viamonte, se alineó con el grondonismo desde que Don Julio le abonó un costoso tratamiento para la diabetes. “Con Julio tengo una relación diaria. De los cinco días hábiles de la semana, lo veo tres, con un trato personalizado”, contó una vez.

En septiembre de 2010, Marín recibió en la biblioteca de AFA a un grupo de barras liderados por Pablo “Bebote” Alvarez, que pretendía entregarle un petitorio a Grondona. Hombre vinculado a la Secretaría de Deportes de San Isidro, fue uno de los que repudiaron la figura de Marcelo Tinelli durante una reunión en Ezeiza de la que participaron los dirigentes más importantes del país. Pedro Vilariño, ex presidente de Platense, acusó a Marín de haber influido para que su club no ascendiera: “No nos olvidemos del partido que nos robaron contra Brown de Adrogué ni de la foto de Pipo con la camiseta tricolor”.

El tercero. Claudio Fabián Tapia es presidente de Barracas Central, humilde club ubicado a la vera de la villa 21 con un fuerte rol social a la hora de alejar a jóvenes de las adicciones. La entidad de Luna y Olavarría, si bien cuenta con tan sólo 1.500 socios, tiene el mayor presupuesto de la B Metro, por eso puede pagar los sueldos de los jugadores en dólares. Gracias a su relación con el grondonismo, recibió $ 1.648.161,69 para la competencia que acaba de arrancar.

Chiqui Tapia, casado con María Isabel Moyano, una de las hijas de Hugo Moyano, presidente de Independiente, decidió ponerle su propio nombre al estadio barraqueño. Con fuentes influencias entre los dirigentes de los clubes de ascenso, tiene una ilusión de máxima: ser presidente de la AFA. “En el Mangrullo, los esperamos a los que se identifican con los lineamientos de Julio H. Grondona”, escribió en Twitter el día en que se reunieron los presidentes del ascenso para delinear 2015.

Hace unos años, Armando Mainoli, ex presidente de Excursionistas, denunció a Tapia por haber ido a una reunión con veinte barras que entorpecieron una elección de la mesa directiva. “Primero lo presionaron a José Parrilla, de Dock Sud, para que votara por él. Después a la presidenta de San Martín de Burzaco. Varios clubes decidimos retirarnos”. Hace dos fechas que la barra de Barracas Central retornó a la cancha con la promesa de portarse bien tras haber estado ausente durante varios partidos después de un enfrentamiento interno entre La 21 y Villa Zavaleta.

“Cuando tenés el poder, usalo. Porque el poder te lo dan para que lo uses”. La frase la dijo Grondona antes de morir. El poder le pertenece a su legado, que se maneja sin pudor a imagen y semejanza.

Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil