viernes 19 de abril del 2024

La era del mate para todos

Los futbolistas uruguayos son clave en los equipos grandes, confirmando una tendencia histórica. Sólo cinco de los treinta equipos de Primera no tienen al menos uno. Cruzar el Río de la Plata, un chiste para ellos. Galería de fotosGalería de fotos

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El fútbol argentino, como todo en la vida, atraviesa distintas modas. Y la que reluce en la actualidad, por encima del resto, es la de los jugadores uruguayos que brillan más que cualquiera en los equipos grandes. Estos charrúas que cruzaron el Río de la Plata para escuchar el famoso ‘uruguayo, uruguayo’ vitoreado por los hinchas son clave en Boca, en River, en Independiente, en San Lorenzo y en Racing. En los próximos tres Superclásicos que se jugarán por Copa y campeonato tendrá a tres de ellos como protagonistas principales. Y es tan conocida su capacidad de adaptación que sólo cinco equipos en el torneo de Primera no cuentan con un oriental en su plantel.

El pulmón y el goleador. Las historias de Carlos Sánchez y Rodrigo Mora en River son de superación porque debieron pasar por un exilio forzado para retornar a Núñez y encontrar su mejor forma. Después de la clasificación para los octavos de final de la Libertadores, el volante le resumió a PERFIL los porqué de su brillante actualidad: “Todo fue gracias al haber cambiado de aire (NdeR:  se fue a Puebla mexicano un año). Eso me hizo cambiar mucho la mentalidad y me ayudó a entender mucho mejor las cosas. También, en buena parte, mi presente se lo debo a la confianza que el entrenador me dio cuando volví”.

Es Gallardo el nombre clave a la hora de entender el vuelco de 180 grados que también dio Rodrigo Mora. El delantero dejó bien claro por qué pasó de ser uno de los más resistidos por los hinchas a ser el goleador de River en el semestre (cinco tantos en el torneo y dos por la Copa): “Me dio mucha confianza. Por algo estoy acá. Me siento muy querido, feliz y viviendo un buen momento".

Llegar y estar de diez. Nunca es fácil ponerse la camiseta de Boca. Menos si es la mítica número 10 que lleva impregnado el recuerdo de Juan Román Riquelme. Por eso el caso de Nicolás Lodeiro es una muestra perfecta de un uruguayo con personalidad y buen juego. El ex Corinthians fue el único pedido expreso de Rodolfo Arruabarrena para el último mercado de pases: “Tenemos que sacarle provecho porque es un jugador de mucha jerarquía”, dijo el Vasco antes de que llegara el jugador más claro de Boca en el semestre. La importancia de este habitué en las citaciones del Maestro Tabárez a la Celeste es vital para el funcionamiento de un Boca que se mueve al ritmo suyo y de Gago. En el club también están el juvenil Rodrigo Betancur, un volante central que es una joya de las inferiores, y Alexis Rolin, que desde que llegó en enero no pudo estar a la par de sus compañeros por sus constantes lesiones.

Sólo cinco equipos en el torneo de Primera no cuentan con un oriental en su plantel.

En Avellaneda abundan. Otra adaptación sorprendente fue la Diego Martín Rodríguez en Independiente. El Torito se hizo amo y señor del equipo para rápidamente transformarse en el jugador más determinante del Rojo, luego de Mancuello. El ex volante central de Godoy Cruz fue una de las exigencias de Jorge Almirón, que ya lo había tenido en el Tomba. Su lesión ante San Lorenzo –que lo tendrá cuatro meses fuera de las canchas– obligó al Rojo a ir en busca de un reemplazante. Además, esta noche debutará en el equipo el defensor central Mauricio Victorino, quien supo ser clave en Nacional y Universidad de Chile.

Del otro lado de la calle hay dos uruguayos que también tuvieron suerte dispar. En Racing, el hincha adoptó rápidamente al delantero Carlos Discoteca Núñez, que a fuerza de goles se metió a todos en el bolsillo. Pero al igual que Rodríguez, la rotura de los ligamentos de su rodilla derecha lo hará estar alejado de las canchas por seis meses. Washington Camacho está buscando ganarse con su zurda elegante el lugar que tenía asegurado en Defensa y Justicia.

Goles como los de Martín Cauteruccio, para San Lorenzo, Santiago Silva, en Arsenal, o Carlos Bueno, antes de lesionarse gravemente en San Martín de San Juan; atajadas como las de Esteban Conde en Atlético Rafaela, o experiencia como la que aporta Sebastián Eguren en la mitad de la cancha de Colón, son algunos ejemplos más que confirman que el fútbol argentino está repleto de uruguayos que no solo aportan su característica garra, sino que también están dejando su marca.

Migliore, la cara conocida allá. Contrariamente a lo que muchos piensan, no es recíproca la cantidad de argentinos que cruzaron el charco para jugar en el fútbol uruguayo. En el Clausura 2015 hay sólo once, y es Pablo Migliore el más renombrado de todos. Hace varias temporadas que no hay uno nacido en este país que deslumbre del otro lado del Río de la Plata.

El equipo que más argentinos tiene en su plantel es Sudamérica. El club que tantas veces se usó para hacer triangulaciones de pases de jugadores argentinos a Europa tiene en sus filas a Emanuel Centurión, Fernando Pascual y Angel Luna, quien es uno de los de mejor rendimiento en el torneo. El otro que tiene un buen nivel es Matías Castro, delantero de Danubio.

El de más cartel es Pablo Migliore. El ex arquero de Huracán, Boca y San Lorenzo llegó a Peñarol para convertirse en uno de los pilares de un equipo que ni siquiera se clasificó a la Copa Libertadores. En Uruguay, el nombre de Migliore está relacionado más con los problemas fuera de la cancha que con sus actuaciones dentro de ella.

Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil

Los futbolistas uruguayos son elegidos por los clubes argentinos.

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