Un clima de fiesta se vivió en La Bombonera desde temprano. Nadie se quiso perder el regreso a su casa de Carlos Tevez. Carteles en las adyacencias del estadio, banderas en las tribunas y los cánticos de los hinchas demostraban la ilusión y la alegría de todo el Mundo Boca por la vuelta del ídolo.
Todas estas sensaciones se multiplicaron cuando Carlitos salió al campo de juego con la emblemática número 10 azul y oro en la espalda.
Al verlo jugar, todo se potenció. La gente deliró en cada participación de Tevez, ya sea cuando demostraba su capacidad para cubrir el balón o con algún toque de su distinguida calidad. Sus compañeros lo buscaron incesantemente y él siempre que pudo alentó y ordenó al juvenil Sebastián Palacios, cumpliendo ese rol de “consejero” con los más chicos que vaticinó en la conferencia de prensa de su presentación.
No se le dio el gol, aunque estuvo muy cerca en varias ocasiones, sobre todo en la que reventó el poste en el segundo tiempo. De todas formas, con su fútbol y su carisma contagió y potenció a sus compañeros. Boca ganó 2-1 y se mantiene como único líder, Calleri marcó un gol de rabona que quedará en la historia pero la fiesta fue toda de Carlos Tevez.