viernes 29 de marzo del 2024

River trata de dignificar su apodo

La nueva dirigencia ordenó las cuentas y los logros deportivos potenciaron las ganancias. El club disfruta el presente en la cancha y en la tesorería.

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Nada es casualidad. Todo es una consecuencia de tener los caminos claros. Por eso no sorprende que después de tocar fondo, y vivir el peor momento de su historia, River tenga un panorama esplendoroso en lo deportivo. Un partido lo separa de ganar la Copa Libertadores a sólo cuatro años de haber descendido, y con un pasar económico que mucho dista de ser lo caótico que lo dejó al borde de llamar a concurso de acreedores. ¿Cuáles fueron las claves para este resurgir económico potenciado por los logros deportivos? PERFIL habló con dirigentes del club para tratar de entender cómo reencauzaron un club que se encaminaba a la quiebra y hoy volvió al primer plano internacional.

Sin secretos. El balance que presentará la dirigencia millonaria el próximo 31 de agosto arrojará números por primera vez en verde, luego de años en los que el rojo se transformó en el color habitual. Sin embargo, el número que a muchos los sigue preocupando son los aproximados 654 millones de déficit que marcará el balance, casi el mismo número con el que cerró el balance pasado. ¿Por qué con todos los ingresos récord que tuvo el club no bajó esa cifra? “El pasivo va a estar en la misma línea que el año pasado. Aproximadamente un diez por ciento más, pero el balance tiene datos muchos más ricos que los del pasivo”, cuenta el tesorero del club, Andrés Ballota, quien después agrega: “Ayer pasamos a Comisión Directiva el próximo presupuesto, que contempla un análisis de que este balance arrojará un superávit del doble del establecido (en la previsión de este año), de unos cuarenta millones de pesos”.

¿Pero por qué la dirigencia es optimista? El vicepresidente 1º del club, Jorge Brito, lo explica: “Hay tres formas de ver claramente cómo el pasivo se bajó. La primera es que si River no pagaba nada de la deuda a los acreedores, los intereses la incrementaban a más de 100 millones. La segunda es que en el ejercicio contable anterior había más deuda que facturación. ¿Qué quiere decir? Que River debía 630 millones y en todo el año entraban al club 450, lo que significaba que para poner el club estable debías veinte meses de facturación; hoy eso se redujo a la mitad. Y la tercera son los jugadores. No sólo se gastó más plata en la compra de jugadores de la que se cobró por la venta del plantel en este mercado de pases, sino que se sostuvo al plantel que viene de ser campeón de la Sudamericana y que duplicó el valor de mercado”.

El balance que presentará la dirigencia millonaria el próximo 31 de agosto arrojará números por primera vez en verde.

La herencia. “Una de las deudas más pesadas era la que tenía el club con AFA, a la que le debía más de 200 millones de pesos. Hoy podemos decir que se bajó a la mitad”. Se trata de una de las tantas “sorpresas” que se encontró la dirigencia encabezada por Rodolfo D’Onofrio de Daniel Passarella. El tesorero agrega: “Cuando llegamos, River estaba a punto de la cesación de pagos y hoy estamos mucho mejor. En la economía, milagros no hay, lo que sí podemos asegurar es que se cumplen las pautas presupuestadas, y eso es algo que prometió esta dirigencia”.

El éxito ayuda. Los triunfos no sólo atraen a los hinchas a la cancha, sino que también hacen subir la venta de merchandising, prestigian la marca River y hacen que los dirigentes tengan más armas para negociar. Así lo reconoce el propio Brito: “Obvio que una cosa viene emparentada con la otra. Ser protagonista en torneos internacionales no sólo te hace recibir más premios, sino tener más armas para encarar a las marcas que quieren estar con nosotros”. El camino claro. Así está River en la cancha y con los números.

Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil.