jueves 18 de abril del 2024

Miedo y silencio: cómo opera la mafia del tenis

Una investigación del diario español Marca reveló como crece en los torneos más chicos esta red de apostadores que amenazan y sobornan a jugadoras durante un partido.

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Las hay en todo el mundo y cada vez son más. A medida que la curva de crecimiento de las apuestas online se incrementa, las mafias en el tenis crecen en paralelo. Sospechas y dudas son las que sobran en el último tiempo alrededor de partidos que no son trascendentes pero que si les permiten a estos individuos poner en marcha sus artimaña. Una investigación del Diario Marca de España muestra como operan estas mafias del tenis en el circuito femenino.

En los torneos 10.000, Future y Challenger que se organizan en España son cada vez más frecuentes las maniobras para ganar algo más que un puñado de euros. Y a los apostadores se los suele ver en la tribuna, teléfono en mano, gritándole a las jugadoras: “Oye! ¡Te doy 5.000 euros si pierdes este juego con tu servicio!”.

Pero, ¿por qué van a las canchas si hacen la apuesta online? Marca explica que “la Federación Internacional de Tenis (ITF) obliga a los jueces que dirigen los partidos de sus torneos a transmitir en directo los resultados de los mismos, sirviéndose de una PDA, a la web de Livescore. Precisamente la fuente que muchas otras webs utilizan para sus apuestas en directo”.

El problema es que un grupo de apostadores descubrió que entre el momento en que el juez de silla canta el punto y el instante en que dicho resultado aparece en Livescore, transcurren entre 20 o 30 segundos. Lo suficiente para escuchar al juez con el móvil en la mano y apostar antes que llegue la resolución online. Una artimaña, pero legal.

Atrás de estos 20 o 30 “seguidores del circuito ITF femenino” que suelen aparecer en diferentes canchas españolas están los cerebros de la red que los dirigen a distancia. No lo solo les piden las apuestas con sus teléfonos móviles en vivo -consignó Marca- si no también que tanteen jugadoras y les ofrezcan dinero por dejarse ganar o por favorecer sus pronósticos. Las que no se involucran terminan siendo increpadas o intimidas por esos individuos.

Algunas jugadoras también han recibido llamadas telefónicas de individuos que afirman ser periodistas. Les preguntan acerca de su estado de forma, sus lesiones... Y llegan a recomendarles que no se esfuercen demasiado en el siguiente partido, a riesgo de que algo grave pudiera sucederles.

Los organizadores no saben cómo pararlos. En algunos casos, obligan a anular los partidos en las casa de apuestas y en otros, donde el torneo se hace en un club privado intentan desalojarlos. Sin embargo, la amenaza vía mail, teléfono o hasta cara a cara nunca falta: “Mira a ver si te va a pasar algo por no dejarnos entrar y tu familia se va a preocupar”.