Los movimientos de fichas en la AFA pueden hacer que los mayores beneficiados por la gestión de Julio Humberto Grondona queden afuera del tablero. No se trata, esta vez, de árbitros, técnicos y jugadores, sino de otros actores, menos visibles, pero mucho más poderosos: son empresarios, CEO y multinacionales que, como en la política nacional, conforman el círculo rojo del fútbol argentino.
Lo que más preocupa en este círculo es que la posibilidad de que se termine su vínculo con la AFA puede concretarse tanto si gana Luis Segura como si gana Marcelo Tinelli. Es, quizás, el único punto en que coinciden seguristas y tinellistas: todos opinan que algunos acuerdos deben modificarse sustancialmente.
El disparador de este revisionismo contractual surgió al observar la relación de AFA con Santa Mónica, la empresa presidida por Dardo de Marchi, que tiene múltiples tareas: desde agente comercial de la Selección argentina y recaudadora de la estática en amistosos y eliminatorias, hasta colocar la protección en los paredones de los estadios del Ascenso.
Grondona, como herencia, dejó un contrato con Santa Mónica que vence en ¡2030! “Es insostenible. Está cerca de ser leonino”, le dice a PERFIL el presidente de un club que está en la mesa de renegociación. En AFA evalúan tres horizontes posibles: que Santa Mónica continúe hasta esperar una rescisión, que llegaría con la nueva conducción; que renegocie condiciones; o que se vaya con un arreglo económico.
Santa Mónica no está sola. Como los pulpos económicos que aparecen detrás de otras empresas, el que incrementó sus negocios con AFA fue Torneos, que en el mismo mes en que estallaba el Fifagate y su CEO permanecía prófugo en Europa, adquirió el 44% del paquete accionario de la empresa de Dardo de Marchi. Desde este año, además, la compañía que ahora conduce Ignacio Galarza (ex CEO de General Electric, sucesor de Alejandro Burzaco) reemplazó a World Eleven –de Guillermo Tofoni– en la organización y comercialización de los amistosos del seleccionado. Torneos, de yapa, tiene los derechos televisivos de la Primera B Metro, uno de los negocios que le quedó tras el desembarco del Fútbol para Todos.
Pero no sólo Santa Mónica y Torneos están bajo la lupa. Adidas, que vistió al equipo nacional en los últimos siete mundiales y que tiene contrato hasta 2022, también entró en la mesa de análisis. El presidente de Boca, Daniel Angelici, reconoció esta semana que es uno de los encargados de hablar con la firma alemana. “El fútbol entró en una etapa de revisión y habrá que sentarse a renegociar, ya sea el tiempo, el objeto o la forma. Está sucediendo en FIFA y en Conmebol”, destacó Angelici en TyC Sports. En esos encuentros de los que participaron Angelici y otros presidentes –el grupo revisionista está integrado por Segura, Tinelli, Matías Lammens, Rodolfo D’Onofrio, Hugo Moyano, Víctor Blanco, Alejandro Marón, Eduardo Spinosa, Miguel Silva y el Chiqui Tapia– hay consenso en reformular condiciones. Según averiguó este diario, Adidas le paga a la AFA 18 millones de euros anuales, mucho menos de lo que le paga hoy a otras selecciones como España o Alemania. Encima, desde AFA deslizan que Nike estaría dispuesto a abonar 45 millones de dólares por año, más mil millones de pesos a la firma del contrato.
Distinto es el caso de otros patrocinadores oficiales como Claro, Coca-Cola o ICBC. El banco de capitales chino, que estuvo cerca de reemplazar a Iveco en Fútbol para Todos, paga 1,5 millones de dólares por año. Su contrato, que le da preferencia a la hora de conseguir jugadores para publicidad, vence en tres meses y aún no está acordada la continuidad.
Otro grupo con cierto poder es el de Estática Internacional, la empresa que comanda el ex presidente de San Lorenzo Carlos Abdo y que explota los carteles publicitarios en las canchas. Si bien Estática arregla individualmente con cada club, tiene un vínculo con AFA, que se renueva todos los años, por la cartelería en los partidos de la Primera B Nacional. “No tengo la menor idea de si lo van a renovar”, le dijo Abdo a PERFIL. Dependerá de quién gane: Tinelli no tiene buenos recuerdos de cuando debió sucederlo en un San Lorenzo incendiado.
Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil.
