sábado 20 de abril del 2024

El sello Puma forjado en clubes amateurs

Los Pumas demostraron con la clasificación a las semifinales la evolución del rugby argentino, con un espíritu de equipo donde abunda la solidaridad y perdura el tercer tiempo.

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Los Pumas demostraron con la clasificación a las semifinales del Mundial-2015 la evolución del rugby argentino, con un espíritu de equipo forjado en los clubes amateurs donde abunda la solidaridad y perdura el tercer tiempo.

"Hay una gran entrega, un sentido de sacrificio por el club, por los Pumas. En Argentina, los jugadores de clubes no son pagos", explica Ramiro Quesada, hermano de Gonzalo Quesada, entrenador campeón de Francia con el Stade Francais.

Ramiro, al frente del sitio web Rugby Time, pasa todos sus sábados matinales en Don Torcuato, periferia norte de Buenos Aires, donde entrena desde los 6 años en el Hindú Club, en el que se formaron ambos hermanos.

Todos los jugadores de primera división tienen la obligación de dedicar un tiempo a las categorías inferiores.

Un titular del Hindú Club fue apartado del equipo por el entrenador Juan Fernández Miranda por no haber seguido la regla para un entrenamiento de la escuela de rugby.

"Obligatoriamente eso crea lazos, un espíritu de solidaridad afuera y adentro del campo de juego", sostiene el exPuma Andres Courreges.

Antes del partido y durante el himno nacional, "los Pumas se abrazan, titulares y suplentes, es un grupo unido", explica.

"Parece increíble, pero el entrenador más ganador no gana un centavo", dice.

Es cierto que Juan Fernández Miranda tampoco lo necesita. Junto a su hermano administra una empresa familiar y trabaja para la Municipalidad de Tigre, en el norte de Buenos Aires.

Comprometidos con sus clubes, los jugadores argentinos participan del 'tercer tiempo' que perdura en Argentina aunque ya ha desaparecido en el mundo profesional.

"Después del partido los locales ofrecen a sus adversarios una comida, con bebidas o un Fernet con Coca", remarca.

Pichot, el constructor. Aunque los clubes más prestigiosos del país están en la capital, también el resto del país contribuyó con Pumas como Tucumán (norte) de donde surgieron Nicolás Sánchez y Daniel Hourcade, o Rosario (centro) con Juan Imhoff.

Detrás de las hazañas de los Pumas está el ex número 9 del Stade Francais Agustín Pichot, primero como jugador y luego como dirigente.

"Pichot ha revolucionado las cosas, ha trabajado para que los Pumas participaran en el Cuatro Naciones. Si no, no sería posible jugar cinco o seis matches por año y no tendríamos un equipo competitivo. Él demostró que el Cuatro Naciones le sirvió a los Pumas y ahora prepara la franquicia argentina para el Súper 18", explica Courreges.

Grandes figuras internacionales también aportaron su experiencia como el francés Fabien Galthie, para la dinámica del entrenamiento o el neocelandés Graham Henry, para hacer el juego más ofensivo.

Para Ramiro Quesada la clave del éxito "es la emoción, el amor a la camiseta, un grupo unido, con una identidad, el espíritu del rugby amateur".

El Mundial de 2007 fue la primera gran actuación de los Pumas con un debut con victoria ante el anfitrión Francia, lo que desató una ola de simpatía en todo el país.

Esta edición del Mundial no es tan seguida por los argentinos, pero la victoria del domingo ante Irlanda saltó a la tapa de los diarios el lunes, fenómeno poco frecuente para este deporte que se relaciona a la clase más acomodada, minoritaria en un país  donde el fútbol es el deporte popular por excelencia.

En este país la referencia histórica del rugby ha sido Francia. Pero "desde hace ocho años Francia viene retrocediendo y nosotros avanzando. Ahora el 'rugby champagne' es nuestro", afirma Quesada.

(*) de la agencia AFP