viernes 29 de marzo del 2024

Tevez-Calleri: Porque este año desde Floresta

Los dos delanteros comenzaron a jugar al fútbol en All Boys. En este torneo, que Boca puede ganar hoy, llevan convertidos quince tantos.

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Si hoy Boca sale campeón, los festejos en la Bombonera seguramente generen una mueca de alegría en Floresta, la cantera de donde surgió la dupla delantera de este equipo. All Boys, hoy en la Primera B Nacional, fue el vergel de los goles xeneizes en esta temporada: allí, en su fútbol infantil, jugó Carlos Tevez cuando su apellido todavía era Martínez. Y allí, también, se formó, creció y debutó Jonathan Calleri.

Con historias diferentes pero un mismo origen futbolístico, Tevez y Calleri supieron consolidar, en pocos meses, un dúo que motorizó el poder de gol de un Boca que está en la puerta de alcanzar el torneo local y la Copa Argentina, los dos con un rival en común, Rosario Central.

Calleri, el goleador de este Boca, gritó sus primeros goles en El Alba, un club de barrio de Monte Castro. Después, en 2002, cuando tenía apenas nueve años, pasó a Mitre. Todo el camino lo hizo de la mano de Néstor Di Benedetto, amigo de la familia y actual coordinador general de las inferiores de All Boys, quien lo incentivó para que dejara el papi y pasara a jugar en cancha de once en el club en el que finalmente debutó en Primera.

“En El Alba, cuando era un nenito, ya se entrenaba con chicos de dos categorías más grandes. No le tenía miedo a nada, mostraba mucho carácter, y si tenía que trabar con la cabeza, trababa”, recuerda Di Benedetto.

Un tal Martínez. En el mismo tiempo en que jugaba en las canchitas de Fuerte Apache por plata, Tevez también lo hacía en All Boys. En internet hay fotos que congelan esos recuerdos: un Carlitos minúsculo, al que llamaban “el Manchado” por sus quemaduras en la cara, y que –según cuentan los que lo conocieron desde aquel tiempo– dejaba una estela de magia en cada jugada.

Todavía era Martínez, el apellido de su madre biológica, que se lo cambió por el de su padre adoptivo cuando pasó a la prenovena de Boca llevado por el cazatalentos más codiciado de una época, Ramón Maddoni, el mismo que había descubierto a Fernando Redondo, Juan Román Riquelme, Juan Pablo Sorín y Esteban Cambiasso. Nunca quedó claro por qué se cambió el apellido, aunque algunos afirman que fue porque su pase a Boca había generado controversias. Boca pagó 10 mil dólares por la transferencia. Los 10 mil dólares mejores invertidos de su historia.

“Ya pintaba para crack antes de que todo el mundo lo conociera. Mirá si lo íbamos a vender por esa plata. Pero era eso o nada. Los clubes grandes no dejan vivir a los más chicos”, se quejaba ante Clarín, en aquel tiempo, el entonces vicepresidente de All Boys, Néstor Piccone.

En esos días, Tevez comenzó a forjar su estilo y su intenso amor por Boca. Lo rememora José Malleo, quien lo acompañó desde sus primeros pasos en el club: “En la octava, jugaba con canilleras adelante y atrás. Le pegaban mucho. Lo buscaban los contrarios porque sabían que era el distinto”, dice Malleo. Y enfatiza algo: “Carlitos tenía las cuatro cualidades que se necesitan para llegar: técnica, velocidad, agresividad y fuerza mental. Después, todo eso lo potenció más”.

El encuentro. Después de una carrera brillante en Brasil y en Europa, Tevez volvió a Boca este año. Jugó once partidos por el torneo local e hizo cinco goles. Calleri, que arribó al club a mediados del año pasado, después de que All Boys descendió, cuenta con diez tantos en 25 encuentros. Los dos, a partir de julio, supieron construir una dupla que le hizo ganar al equipo presencia e intensidad.

Di Benedetto cuenta que cuando ya era el nueve de Boca, Calleri se acercó hasta la pensión de All Boys para donar botines, una PlayStation y un plasma. “Que se acuerde de las raíces es muy lindo. Genera orgullo”, remarca. Malleo también se emociona al describir el abrazo que se dio con Tevez hace unos meses, cuando volvió al club. “Se merece todo lo que le pasó”, señala. Hoy, si hay festejo en la Bombonera, Tevez y Calleri tal vez recuerden de dónde surgieron. Y en All Boys sentirán, al menos por un instante, que el campeonato también es un poco de ellos.

Esta nota publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil