martes 19 de marzo del 2024

Louis Cyphre, la gota de sangre y Durán Barba

Un diálogo imperdible entre el autor y el personaje de De Niro acerca de los temas actuales. Macri presidente, Tinelli y Segura por la AFA y Huracán finalista.

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“Así pues, si es tu deseo gozar de todo un poco y aprovechar tu rápida carrera, podrás tener cuantos tesoros apetezcas, con tal que te unas a mí”. Johan Wolfgang von Goethe (1749-1832); Mefistófeles seduce al doctor; de ‘Fausto’,primera parte (1807).

Qué maravilla. Mientras el Barça vive –y cómo– del 4-3-3 guardiolano con un toque más salvaje en su power trío ofensivo, Pep se inspira en el histórico sistema MW de Herbert Chapman, entrenador del Arsenal entre 1925 y 1934, que equilibró la primitiva pirámide invertida 2-3-5 con que se jugaba en el siglo XIX –y que ordenó el recitado de los equipos y sus números hasta entrados los años setenta–, con un estratégico 3-2-2-3 que noventa años más tarde Guardiola convierte en WW para golear 4-0 al Olympiacos por la Champions. Dos centrales con los laterales en la misma línea que Vidal, un 5 tapón y salida, más cinco delanteros. Un punta con dos extremos (Robben, Lewandowski y Coman) y dos a sus espaldas (Douglas Costa y Müller). Imaginar el duelo entre la criatura original y este nuevo hijo de Pep pone los pelos de punta. Ojalá sea en la final.

—Vamos Asch, deje de escribir sobre lo que pasa afuera y ocúpese de su país. ¿Para qué hago mi trabajo si no lo reconocen?

La voz llegó envuelta en un vaho de azufre. Lo conocía, claro. De pronto estaba sentado frente a mi escritorio. Pelo largo peinado hacia atrás con gel, espesa barba candado, anillo de oro, uñas largas pintadas con esmalte blanco, traje oscuro con chaleco y elegante bastón con empuñadura de plata. En un segundo engulló un huevo duro que sacó de no sé dónde.

—No me chicanee… ¿Qué lo trae por aquí, De Niro?

—¡Shhh, por favor Asch, que estoy en personaje! Ya sabe cómo es El Método. Soy Louis Cyphre y quiero reconocimiento. Esta Liga es entretenida y sorprendente gracias a mí. Escríbalo.

Había venido a verme hace unos años, para contarme cómo hacía Don Julio para patear el tablero y salir ganando siempre. Era el tiempo del contrato con el Estado para transmitir el fútbol gratis. Me dio a entender que sin él nada hubiese sido posible y yo sonreí, incrédulo. Es su personaje en Corazón Satánico (1987), el demonio que enloquecía a Mickey Rourke. Alan Parker le ofreció el papel y 15 días después volvió al estudio así, con este look. Ya “era” Louis Cyphre. Lucifer. Belcebú, Mefistófeles, Diabolo, Satanás; mil nombres.

—¿Por qué no hace Fausto y se deja de joder con el fútbol, De Niro?

La comisura de los labios hacia abajo, el dedo índice señalándome, la uña como puñal, los ojos súbitamente amarillos. Aterrador. Inolvidable escena de la peli que repetía para darme el gusto. Sabe que lo admiro.

—¡No me rompa las tarlipes, Asch! Aquella vez le hice una promesa si me nombraba en su columna. ¿Cumplí o no? Con yapa y todo. Usted no creía pero Racing fue campeón. ¿Dónde cree que estaría dirigiendo hoy Cocca, sin mí? ¿Y Bou, pobrecito? ¿Usted lo imaginaba a Independiente en la B? Je. Más tarde pasaré por la oficina de Blanco. Después me espera Moyano con un asadito. Para estos clásicos eliminatorios tendré un par de ofertas jugosas. Veremos…

—Claro que no le creí; pero pasó, es cierto. Era imposible ese campeonato por cómo jugaba River.

—Con ellos arreglé ir por Boca y por Angelici, que después de la doble eliminación en las copas internacionales que encima ganó River, tenía un pie y medio afuera del club. Lo querían matar. Para hacerlo todo más dantesco recurrí al Panadero, mi proveedor de facturas y miñoncitos. Ese gas es un concentrado de mi aliento, ¿quiere ver?

—Eh… no, gracias. Pero a fin de año todo se da vuelta.

—¡Y cómo! Macri estaba lejos de Scioli, estancado en las encuestas y nadie creía que Heidi Vidal podía ganarle a un peronista en la Provincia. Me necesitaban. Fue un gran contrato. Mucho mejor que el de Durán Barba, a quién le doy letra todo el tiempo. Soy su maestro.

—Ufff… ¿No se toma vacaciones nunca, viejo?

—¡Nunca! En el paquete entró todo. Arreglé con los Agnelli, grandes amigos, y les traje a Tevez de la Juve: fue doblete. Macri es presidente; Heidi Vidal, gobernadora y Angelici será reelecto y oficiará de operador judicial del Gobierno. La frutilla del postre es Daniel Osvaldo, el loco yo-yo, que vuelve para cantar su tema preferido de los Stones: Simpatía por mí. Todos felices. Bah, todos no, pero así es este negocio.

—Con Huracán metió la cuchara, ¿no?

—¡Era imprescindible! Su compatriota, mi competidor, a quien no nombraré, se me adelantó y le dio un título local y la Libertadores a San Lorenzo. ¡Me distraje! Por eso lo visité a Apuzzo, que por Huracán te da el alma: ascendieron, se salvaron del descenso y en un rush ganaron Copa y Supercopa Argentina. Y esta semana dejaron sin final de la Sudamericana a River.

—¿Y el arreglo con River?

—Estos contratos no son como el que firmé con Fausto. Goethe era un romántico. Ahora hay que diversificar, firmar compromisos cortos. Después se ve, Asch….

—¿Se va a meter con las elecciones de AFA?

—Es complicado. Conozco a Segura y sus muchachos, esos pillos. Y le debo una. ¿Se acuerda de las entradas que repartía en el

lobby del hotel en el Mundial de Brasil? Muchas eran para mí y mi gente… No sé. Pero tengo ganas de estar en el “Bailando”. Lo negociaré con Marcelo…

—Ah, bueno. ¿Y el FIFA gate?

—¡Todo mío, Asch! Sin Don Julio y esos atorrantes dejaron de cumplirme. Los liquidé. Coimeros, Blatter, Platini… ¡A mí, todos!

Lo dijo, se paró, me miró con esa profundidad que pocos actores consiguen, hizo una reverencia y en un segundo, desapareció. El olor a azufre, también. Sobre el escritorio me dejó un alfiler largo de plata y una tarjeta. “Si quiere alguna cosita, dirigir un multimedio, ser ñoqui, funcionario o árbitro, me llama”.

El alfiler es muy bonito: tiene una perla en la punta. Lo tengo en mi biblioteca, al lado de una antigua edición de El Príncipe de Maquiavelo. Me pareció un buen lugar.

(*) Esta nota fue publicada en la edición impresa del Diario PERFIL.