jueves 28 de marzo del 2024

Se vienen los goles

Con la continuidad de Tevez, Marco Ruben, Milito, sumado a los regresos de Osvaldo, Pepe Sand y Lisandro López hay ilusiones de que se eleve el promedio en las redes.

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Nadie puede imaginar que sobrevendrá una epidemia de goles en el fútbol argentino, pero los indicios que dan algunos clubes podrían llevarnos a mejorar sensiblemente el magro promedio de tantos por encuentros que se produce en nuestro campeonato. El último torneo de 30 equipos dejó un registro preocupante: se hicieron 994 goles en 450 partidos, lo que representa un 2,20 de promedio por encuentro.

La conclusión es sencilla si hacemos la comparación correspondiente. En España, por ejemplo, la actual temporada deja un saldo de 2,54 mientras que en Italia tenemos 2,48 y en Alemania nos regalan un fenomenal 2,85 por encuentro. Pero no nos vayamos tan lejos, porque en Sudamérica también están mejor que nosotros.

El torneo del Uruguay acumuló 2,72 de promedio en el reciente torneo que ganó Peñarol, mientras que los brasileños llevaron su registro a 2,40 que demuestra claramente la falta de grandes goleadores y sintoniza con lo que pasa en nuestro país. Son esos mismos futbolistas que atestan ligas europeas repletas de figuras y de euros. Claro está que hoy, la Argentina saca una amplia ventaja en los especialistas en romper redes. Ni se necesita mencionar a los artilleros.

Volviendo al inicio: se queda Tevez y vuelve Daniel Osvaldo en Boca. En River están detrás de algún goleador con historia grande. Sigue Milito y asoma Lisandro López en Racing, continúan Cauteruccio-Matos en San Lorenzo, Marco Ruben renovó su amor por Rosario Central, lo mismo que Maxi Rodríguez con Newell’s y el Pepe Sand retornó a Lanús. Hay goles para rato.

Ahora, lo novedoso, es la postura de muchos técnicos del fútbol argentino. Es una enorme brisa de aire fresco que Pablo Guede se sume a San Lorenzo después de ganarse todos los elogios en aquel Nueva Chicago campeón de la B Metropolitana 2014, lo mismo que Facundo Sava llegue a Racing con las credenciales reconocidas por su capacidad desplegada, de menor a mayor en San Martín de San Juan, Unión, el O’Higgins chileno y finalmente Quilmes.

Si a estos dos técnicos ofensivos y preocupados por todos los detalles le sumamos el regreso de otro fervoroso defensor del ataque como Jorge Almirón (ahora en Lanús) veremos que la apuesta a la mayor cantidad de goles subirá. Lo mismo significa el regreso de Carlos Mayor a Argentinos Juniors y la esperada reaparición en Primera de Sebastián Méndez en Godoy Cruz de Mendoza. Condimentado por Darío Franco en Colón que se hizo un equipo muy distinto en las últimas jornadas del torneo y en la liguilla, además de la continuidad de Claudio Vivas en Banfield, también celebrada.

Con el Vasco Arruabarrena en la Boca, con Marcelo Gallardo en River, con el Chacho Coudet en Rosario Central, con Ariel Holan en Defensa y Justicia más lo que aportan Leo Madelón en Unión, Mauricio Pellegrino en Independiente, Pedro Troglio en Gimnasia y quienes lleguen a clubes que están esperando técnicos, podemos ilusionarnos con un repertorio más directo, con menos cautela y más ambición, con más búsqueda del gol sin tantos remilgos, tanto temor al error.

El torneo que se iniciará el 7 de febrero es una buena excusa para intentarlo. Hay un único descenso y en realidad es un campo de prueba pensando en el campeonato largo que, otra vez con treinta participantes, se iniciará tras la Copa América de los Estados Unidos.

El recambio generacional es muy grande: se fueron Rezza (67 años), Miguel Russo (59), Bauza (57) y el promedio de edad de los entrenadores ha bajado sensiblemente. Que sean más jóvenes no significa que sea mejor o peor, habrá que evaluarlo luego, pero puede ser un síntoma, tomando en cuenta los antecedentes que mencionamos. Lo cierto es que la ilusión de que volvamos a ser un torneo con muchos goles no se la pueden sacar a nadie.

No ocurrirá como en 1938 (promedio 4,91 por partido) o en 1939 (promedio 4,22), pero es un avance. En la era de la avaricia, de la especulación, bien por estos cambios.