sábado 20 de abril del 2024

El renacer de Martínez y el bicampeonato de Girolami

(*) Por Ezequiel Soto | Luego de estar a punto de retirarse, el Gurí ganó de punta a punta el TC y el Bebu se quedó con el '1' del Súper TC2000. Las demás categorías.

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Como si se tratara de un Ford en Turismo Carretera, el Gurí Omar Martínez manejó hace no mucho tiempo su destino profesional. Un giro de muñecas hacia la derecha lo dejó muy cerca del retiro, pero una corrección hacia el lado contrario lo mantuvo en acción.

Esa última maniobra, que pudo exponerlo casi al ridículo ante rivales a los que casi dobla en edad, aunque en muchos casos también en talento, fue el punto de partida del ascenso de sus pretensiones. Fue, quizás, la aparición de la zanahoria a la cual perseguir hasta el final de sus días dentro de un circuito de carreras.

Y el Gurí la alcanzó. Se consagró campeón por segunda vez de Turismo Carretera con un auto implacable, la pericia intacta y sobre todo con justicia. Se convirtió así en el campeón más veterano de la categoría desplazando nada menos que a Dante Emiliozzi, y en el máximo referente de Ford de la actualidad.

Martínez renació cuando pagaba poco en las apuestas con una temporada contundente, en la que se impuso en su Paraná natal, en Rafaela, en La Pampa y en la coronación en La Plata. Festejó y fue llevado en andas por su gente, y felicitado también por los rivales.

Néstor Girolami tampoco pensó, en su inicio, una temporada fácil de Súper TC2000. Consagrado por primera vez en 2014, debía intentar retener el cetro ante pesos pesados del automovilismo nacional, además de afrontar una pequeña pero fructífera incursión en el WTCC.

Ganó en Rosario el Bebu, en el segundo peldaño del campeonato y luego se impuso en Rafaela aunque por una sanción a Mariano Werner, tras una disputa por el triunfo que se recordará por mucho tiempo con su compañero en el equipo Peugeot, Agustín Canapino.

Llegó apenas por debajo de Leonel Pernía a la fecha final en San Luis y mostró Girolami sus condiciones para dominar la actividad de principio a fin, ganar esa última carrera y renovar sus credenciales de campeón, en la que seguramente fue su última carrera en la categoría, al menos en esta primera etapa, tras confirmar su arribo al Stock Car brasileño.

No menos difícil resultó para Facundo Chapur recobrar su lugar de privilegio dentro de la Clase 3 de Turismo Nacional, a cuya cúspide logró llegar en 2013.

El piloto cordobés lanzó su aviso en el comienzo de la temporada al ganar en La Plata, y posteriormente logró regularidad para permanecer en los primeros planos y llegar a la definición del certamen con chances concretas junto a Emanuel Moriatis, Guillermo Ortelli y Pernía.

Corrió desde atrás Chapur en la última fecha, pero una buena actuación con un segundo puesto en la última final le permitió convertirse en nuevo bicampeón de la Clase 3 y recuperar el cetro de la categoría.

Por su parte, Canapino se quedó con las manos vacías en Top Race, y sin la corona de campeón que obtuvo en los últimos cinco campeonatos, debido a un injusto sistema de definición que implementó la categoría y que consagró por primera vez a Matías Rodríguez.

Es que el piloto de Arrecifes ganó siete finales en todo 2015, incluso subiendo a lo más alto del podio en dos competencias en un mismo día en la primera visita a Río Cuarto. Pero aquello no bastó, porque una merma en los resultados en las dos últimas carreras lo dejó sin reinado en la categoría en la que marca diferencias y que no puede deshacerse de sus fallas estructurales.

En el Rally argentino, el cordobés Marcos Ligato también repitió su conquista de 2014 aunque en esta oportunidad, en Entre Ríos, con una fecha de anticipación y un festejo empañado por el fallecimiento de un espectador.

(*) De la agencia DyN