Entre Harry Kane y el árbitro Robert Madley se encargaron de sellar el empate en dos entre el Tottenham y el Leicester. Por la tercera ronda de la FA Cup y a falta de un minuto para el final, el delantero inglés transformó en gol un polémico penal y le dio otra vida al conjunto dirigido por Mauricio Pochettino.
El equipo revelación de la Premier League supo revertir el tanto del danés Christian Eriksen a los nueve minutos. Las conquistas de Marcin Wasilewski y Shinji Okazaki a los 19 y 48 minutos respectivamente, dieron vuelta el partido en favor de los dirigidos por el italiano Claudio Ranieri.
Sin embargo, a los 44 minutos de la segunda parte y con los zorros refugiados en su campo, el juez Madley sancionó con penal una mano involuntaria dentro del área. Kane no desaprovechó la chance y convirtió el penal para el equipo de Erik Lamela, que estuvo en el banco de suplentes.
Ahora, la llave se definirá en un nuevo choque en el King Power Stadium, el estadio del Leicester, y con fecha a confirmar.
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