viernes 29 de marzo del 2024

Los barras tomaron el básquet por asalto

En clubes del interior ya existen grupos de violentos que manejan trapitos y hacen negocios ilegales. Los vínculos con los políticos locales. Fotos. Galería de fotosGalería de fotos

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Las barras bravas se convirtieron en los últimos años en el brazo armado de la política. Lejos de aquel histórico concepto de fidelidad por los colores y lealtad por la camiseta, sus miembros se hicieron lugar a las trompadas, y a veces a los tiros, con el fin de exhibir su manejo territorial frente al gobernante de turno. Rodeados de negocios ilegales y un sentido de pertenencia vinculado a la parte más oscura del juego, el fútbol no es el único deporte en el que los violentos logran alimentar la cultura del aguante.

La escuela barra brava llevó las hinchadas del básquet a las oficinas de los poderosos. Así el dinero de gobernaciones y municipios destinado a esta disciplina genera un guiño político con el que conviven a diario. Algunos manejan estacionamientos y otros tienen vía libre para comercializar el merchandising del club. La excusa del aguante los hace gozar de ciertos privilegios a la hora de subirse a los fierros y arengar a los simpatizantes, o bien trasladarse en micros de larga distancia contratados por la propia dirigencia y escoltados por las fuerzas de seguridad. Sin alambrados que separen las tribunas del campo de juego, el crecimiento de la violencia inquieta al mundo del básquet y sorprende al resto de la sociedad.

La Feliz. Quilmes es una institución deportiva de la ciudad de Mar del Plata que tiene al básquet como su actividad principal. El Tricolor, como se lo conoce al club que hace de local en Once Unidos, participa en la Liga Nacional y mantiene una fuerte rivalidad deportiva con Peñarol, la otra institución marplatense. En la actualidad casi seis mil personas concurren al Polideportivo Islas Malvinas para presenciar el clásico del básquet argentino, que se disputa desde hace veinticuatro años. Aunque en sus comienzos los hinchas eran familiares y amigos de los jugadores, y deportistas de categorías menores, con el correr de los años se fueron armando grupos de choque que se fanatizaron con la disciplina y encontraron un lugar para recaudar.

Hace unos meses, integrantes de las dos parcialidades desataron una feroz pelea en la que un joven de 18 años resultó herido de bala. Y como si eso fuera poco, las mismas hinchadas protagonizaron otra batalla campal en el gimnasio de Estudiantes de Olavarría, que terminó con quince heridos, entre barras y personal policial.

Hoy en día la barra de Quilmes está liderada por Los Bonys, un grupo de jóvenes que le ganaron la pulseada a Los Quinchos, quienes se desprendieron de la facción histórica de la institución marplatense conocida como La Banda. Aldo Albarracín, ex líder de la hinchada de Quilmes y hombre cercano al kirchnerismo, hace unos años fue nombrado Director General de Relaciones con las ONG de Mar del Plata, mientras que El Gordo Martín, uno de sus laderos, al poco tiempo de haber perdido el manejo de la tribuna, pasó a trabajar como seguridad del club durante los partidos.

En la vereda de enfrente, la fuerza de choque de Peñarol se autodenomina La 6, en referencia a la sexta puerta del Polideportivo Islas Malvinas, escenario en el que el Milrayitas juega como local. Con la caída de Los Mellis, grupo que manejó la barra durante años, aparecieron Los Tinteritos, La Keko y El Pequinés, quienes tienen amistad con la hinchada de Racing y a su vez trabajaron en la última campaña política de Gustavo Pulti, ex intendente de General Pueyrredón. En relación a este vínculo con el fútbol, cabe destacar que hasta hace poco tiempo la barra de Peñarol le prestó soldados a la de Aldosivi, mientras que la de Quilmes hizo lo mismo con la de Alvarado.

Junín. La ciudad pocas veces se paraliza como cada vez que se cruzan Argentino y Ciclista. Aunque hoy juegan en categorías diferentes, sus barras protagonizaron tantos incidentes que APREVIDE tuvo que disponer que los clásicos debían disputarse sin público visitante. Hace un tiempo, un grupo de hinchas de Ciclista provocó desmanes en el Fortín de las Morochas, el Polideportivo de Argentino, lo que generó un posterior enfrentamiento en horas de madrugada en las adyacencias del gimnasio de Ciclista.

Y como si eso fuera poco, Chucky, jefe de la barra de Argentino, se sacó dos dedos al lanzar una bomba de estruendo dentro del ómnibus que trasladaba al plantel de Monte Hermoso, lo que además le provocó serias lesiones al utilero, al chofer y a un oficial de la policía de Junín. La Banda del Boulevard, como se hace llamar la barra de Ciclista, para no quedarse atrás, amenazó con armas al plantel de Regatas antes de una semifinal del TNA. Rodrigo Velasco, su histórico líder, quien era funcionario del ex intendente Mario Meoni, actualmente trabaja en la Secretaría de Prensa de la institución.

Hinchas alquilados. Obras Sanitarias no solo es el templo del rock, si no que además cuenta con uno de los equipos de básquet más importantes de la Ciudad de Buenos Aires. Si bien no posee tanta convocatoria como la de los clubes del interior, ante cada compromiso relevante la dirigencia no duda en contratar hinchas que alientan con paraguas, bombos y redoblantes. Además de la tercera línea de la barra de Defensores de Belgrano, institución vecina, la entidad comandada por Fabián Borro tiene el apoyo del sindicato de AYSA. Hace algunos años la barra de Obras agredió en la zona de prensa a un grupo de periodistas que cubría un partido ante Quilmes por la Liga Nacional.

(*) Esta nota fue publicada en la edición impresa del Diario PERFIL.