miércoles 24 de abril del 2024

“Los Juegos me llegan en mi mejor momento”

Chiaraviglio cuenta cómo logró su resurrección en 2015 y analiza la cita en Río. Tras tocar fondo, disfruta el camino sin cargarse de presión y habla de su ayuda social.

442

Germán Chiaraviglio admite haber pensado en largar todo. “Tenía todas las excusas”, asegura quien era visto como la joya del atletismo argentino en la década del 2000. Pero él sentía que, tras haber sido campeón mundial juvenil, no podía irse así, sin luchar. Y la peleó. Contra todo: lesiones graves, malos resultados, rendimientos muy por debajo de sus expectativas (y las del resto), flojos resultados y pérdida de sponsors.

“Lo peor lo sufrí entre el 2009 y 2010. Me fue mal en los Juegos 2008, saltaba 20 ó 30 centímetros menos que de chico, me dolía mucho el pie, los médicos no me daban un diagnóstico alentador y realmente no sabía si iba a volver a saltar como antes. No veía una salida”.

Pero el garrochista santafesino abrazó la incertidumbre y, cuando “todos decían que no iba a volver a ser el de antes”, renació durante el 2015 con sorprendentes resultados y hoy, en año olímpico, sueña con una final en los Juegos de Río de Janeiro.

-¿Cómo fue ese renacimiento?

-Fue un renacer más desde mi interior. La clave pasó por darle más bola a la parte mental, a la cabeza, para recuperar la confianza perdida. Resultó importante mi psicólogo Marcelo Márquez y todo el equipo. Luego me puse bien físicamente y volví a lo que me daba seguridad, sin cambiar tanto de mi salto. Recuperé la convicción, volví a las fuentes, pero costó bastante.

-¿Y cómo superaste tanta lesión difícil?

-Fue mucho el sufrimiento porque los médicos no me daban un diagnóstico del tobillo y me animé a operarme. Era la última chance. Me puse objetivos cortos, sabiendo que era lo que me tocaba y que tenía que superarlo. Fui volviendo de a poco. Pero recuerdo que en un momento el objetivo no era un Juego Olímpico sino trotar sin dolor. No fue fácil. Pero siempre mantuve mi motivación, el saber que yo lo había hecho alguna vez, que si se me iba el dolor, podía volver al alto nivel.

LCew3DkYr_8

Todo empezó hace un año, cuando Germán superó su karma, los 5m60, y se clasificó para el Mundial con su mejor marca en siete años (5m65) y en mayo, ya por invitación, brilló y logró la medalla de bronce (5m60) en una cita top, la Diamond League de Doha.

Luego llegó la plata en los Panamericanos con un majestuoso 5m75 y el arribo a la final del Mundial de atletismo. “Por supuesto que me sorprendió mi 2015. Esperaba un buen año, pero ni loco tanto. Fue el mejor año de mi carrera y lo pude disfrutar. Estoy muy feliz”, cuenta a los 28 años.

Este gran momento de forma ya se trasladó al 2016 porque hace diez días ganó la prueba Súper Salto en Río de Janeiro con 5m50. Ahora se viene el Grand Prix de Mar del Plata (fin de marzo) y el Iberoamericano en mayo, otra vez en Río, la sede de su gran objetivo para este año.

-¿Cómo manejás la ansiedad de Río y, a la vez, cuánto te ilusiona?

-Me ilusiona pero trato de no pensar sólo en eso. Nunca fui de obsesionarme, de volverme loco, porque las expectativas te perjudican. Un Juego Olímpico es muy importante, pero no es la vida o la muerte. Me gusta disfrutar el camino, el proceso, por eso voy paso a paso, dándole importancia a las giras y las competencias previas. Ahí está la clave, de lo contrario te cargás de mucha presión.

-Los Juegos parecen llegar en tu mejor momento.

-Sí, me llegan en mi mejor momento, con madurez y experiencia. Ya fui a un Juego y aprendí a tomarlo con responsabilidad, pero sin tanta presión. Con los objetivos más claros.

-¿Cuál sería un objetivo realista en Rio? ¿A qué aspirás?

-Es interesante eso del objetivo real porque es un gran error empezar a creer en los objetivos de terceros, en cumplir las expectativas del resto. Si te metés en ese baile, cometés el peor error. Lo digo porque me pasó en el 2008 y lo sufrí. Por eso mi objetivo es repetir lo del Mundial 2015. Apuntar a una final olímpica es algo muy difícil, pero se puede viendo el año que tuve.

-Decías que, mientras tanto, disfrutás el camino. Y el tuyo pasa por tu acción solidaria que realizás en Santa Fe, tu ciudad. ¿Podés enfocarte en eso también?

-Sí, porque me encanta. Tuve la suerte de cruzarme con Weber, una empresa que hace más que sponsorizar atletas. Quiere ayudar a dejar acciones que perduren y sus embajadores podemos elegir un lugar a refaccionar. Yo apunté al club de atletismo de donde salí: Velocidad y Resistencia. Estamos avanzando mucho en un alojamiento con los materiales de Weber para que el club tenga ese servicio y así pueda contar con recursos propios para sostener una escuelita de forma más estable. Y lo bueno que, con esta iniciativa, todos se prendieron en el club a seguir mejorándolo.

Fuente: Julián Mozo, prensa Huella Weber.