jueves 18 de abril del 2024

La AFA quedó inmersa en una crisis sin precedentes

El Gobierno no quiere financiar más la deuda de los clubes y la guerra por el trono que dejó Grondona es total. ¿Se viene la intervención?

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Ni un peso más. El presidente Mauricio Macri avisó de entrada que el Estado dejaría de financiar a los clubes del fútbol argentino. Con esa noticia, se cayó el sistema que mantenía la tensa paz en la AFA. En los últimos meses, los clubes más grandes comenzaron a diagramar la Superliga, que modificará de manera sustancial la forma de distribuir los ingresos en el deporte más popular del país.

River, Boca, San Lorenzo y Racing quedaron de un lado. Independiente del otro. ¿Los motivos? Hugo Moyano, presidente del Rojo, quiere ir por la presidencia de la entidad y será candidato el 30 de junio. Del primer bando, Rodolfo D'Onofrio, Daniel Angelici y Víctor Blanco proponen a Marcelo Tinelli, de San Lorenzo, que cuenta con el aval del presidente. Es más, cuentan que Macri quería a Moyano como presidente de la CGT, pero el dirigente gremial avisó que dejará su lugar como líder del sindicalismo para ir por la vacante de Grondona. ¿Y Luis Segura? El actual mandatario es "cartón pintado", repiten.

Desde Casa Rosada no quieren pagar el costo político de no respetar el contrato que el Estado firmó con los clubes cuando Cristina Fernández de Kirchner creó Fútbol Para Todos. Por ende, la gratuidad de las transmiciones estaría asegurada hasta 2019, aunque, según contaron a 442 fuentes al tanto de las negociaciones "si la Superliga arranca en agosto, quizás ceden los derechos a partir de 2017".

Reparto. ¿Cuál es la gran discusión de la mencionada Superliga? el reparto de los fondos. El objetivo es que este nuevo certamen sea un ente independiente de la AFA. Según repiten los promotores del formato los ingresos por derechos de televisión podrían triplicarse. Se distrbuirían de la siguiente manera: el 80% para los clubes de Primera División y el otro 20% se repartirá en partes iguales entre la B Nacional y la AFA, con un 10 para cada uno. Los clubes de primera repartirán la mitad de ese 80% en partes iguales para todos y el resto por porcentajes que estarán relacionados con el rating televisivo, el mérito deportivo y cantidad de socios. El otro artículo que genera polémica es que para sanear las cuentas de los clubes ninguna institución podrá contraer nuevas deudas, bajo el riesgo de sufrir sanciones deportivas.

Reunión a las 18. Tras la fallida convocatoria de ayer, donde inclusive algunos pusieron su renuncia sobre la mesa, hoy se volverán a ver las caras los clubes y esta vez la orden de Moyano para sus seguidores sería presentarse y discutir las reformas propuestas. Si no lo hace, la amenaza latente es que los dirigentes de los mencionados clubes renuncien y formen la liga por afuera de la AFA. Igualmente, el gremialista cree que las modificaciones se deben hacer tras la elección del presidente y no un mes antes. Tiene lógica. Aunque, como siempre durante sus 71 años de vida, Moyano no da puntada sin hilo: confía en que ganará las elecciones con el apoyo de los clubes de ascenso. En cambio, los grandes buscan quedarse con ese contrato bajo el brazo lo antes posible.

El gobierno, mientras tanto, no juega sus cartas. Como si se tratara de un partido de truco, Macri sabe que tiene el ancho de espada: la intervención de la AFA. Pero ni él ni los clubes quieren llegar a eso. Por ahora.

(*) Especial para 442