viernes 19 de abril del 2024

Chile: cara y ceca de un país bipolar en el fútbol

El vecino trasandino y una extraña esquizofrenia. Goza la mejor selección de su historia, pero fracasa una y otra vez con sus equipos en torneos continentales.

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El fútbol chileno se encuentra sumido en una realidad bipolar: la de una selección que goza del reconocimiento mundial por sus notables éxitos y la de los clubes que se debaten en una crisis de resultados internacionales cada vez más pobres.

Con la eliminación del Colo Colo a manos del equipo ecuatoriano Independiente del Valle, Chile se quedó por dos años consecutivos sin representantes en los octavos de final de la Copa Libertadores.

Es la sexta vez que el equipo se queda en la fase de grupos desde 1997. A su eliminación, se suma también la de Cobresal y, anteriormente, había quedado excluida de la fase previa la Universidad de Chile.

La última vez que un equipo chileno superó la primera etapa fue en 2014, cuando la Unión Española quedó eliminada en octavos de final. Y el único título se remonta al logrado en 1991 por el Colo Colo, uno de los clubes más populares del país.

La crisis se atribuye en parte a la falta de inversión de los clubes para traer refuerzos de categoría con los que puedan encarar de forma simultánea el campeonato local y la Libertadores. “Si quieres ser campeón de América y gastar poco dinero, te puede salir. Pero es una lotería”, advirtió Justo Villar, arquero paraguayo de Colo Colo y de la selección de su país.

“Somos ocho o nueve jugadores los que venimos peleando los torneos”, dijo el ex Newell’s y Estudiantes, en abierta critica a la dirigencia de su club que demanda un alto rendimiento al plantel, pero que inyecta pocos recursos económicos.

Las dificultades en el medio local llegan a tal punto que el Sindicato de Futbolistas de Chile (Sifup) convocó a sus afiliados a un paro total de actividades para reclamar incluso el pago de los sueldos de varios meses que se les adeudan a jugadores, cuerpo técnico y funcionarios del Deportes Concepción, un cuadro de la Primera División B.

Los problemas ya se advertían tras la escandalosa renuncia a la presidencia del fútbol chileno el año pasado de Sergio Jadue, quien hoy enfrenta un juicio en Estados Unidos después de declararse  culpable de conspiración para asociación delictiva y fraude.

A pesar de los escándalos directivos y del pobre desempeño internacional de los clubes chilenos, se da la paradoja de que la selección pasa por su mejor momento. Está tercera en el mundo por detrás de Argentina y Bélgica, y por delante de Colombia, Alemania y España, según el último ranking de la FIFA.

“La selección de Chile viene trabajando muy bien desde los últimos años”, elogió Carles Puyol, campeón del mundo con España en Sudáfrica 2010, en la gala de los premios Laureaus al deporte que se entregan anualmente. La Roja estuvo nominada en la categoría revelación que finalmente no ganó.

Los reconocimientos comenzaron a llegar después de que Chile se proclamara en 2015 campeón de América por primera vez en su historia, y tras su destacada participación en el Mundial de Brasil en 2014, donde cayó en octavos de final ante el anfitrión por penales, después de eliminar en la fase de grupos a la entonces campeona, España.

El plantel que dirigía el técnico argentino Jorge Sampaoli, sin embargo, estaba compuesto en su mayoría por jugadores que desde hace algunos años militan en clubes europeos de primer nivel.

A los nombres de la talla de Claudio Bravo (Barcelona) se suman Arturo Vidal (Bayern Munich), Alexis Sánchez (Arsenal) o Charles Aránguiz (Bayer Leverkusen), entre otros.

En efecto, de los 23 que ganaron la Copa América de Estados Unidos, 17 juegan en clubes extranjeros y sólo seis en el medio local. De éstos, sólo Jean Beausejour, Gonzalo Jara y José Fuenzalida fueron parte del equipo titular. Todo un síntoma de las dos caras del fútbol chileno.

(*) Nota publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil.