miércoles 11 de diciembre del 2024

El maratonista etíope que fue plata y teme por su vida

Al cruzar la meta, Feyisa Lilesa realizó un gesto contra el gobierno de su país y en defensa de la etnia Oromo. Su actitud puede tener graves consecuencias.

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Tuvo que llegar el último día de competencia para los Juegos Olímpicos Río 2016. La historia del etíope Feyisa Lilesa dejó en silencio a toda la sala de conferencia luego del maratón. Al cruzar la meta el ganador de la medalla de plata realizó un gesto contra el gobierno de su país, en defensa de la etnia Oromo. "Si vuelvo a Etiopía, tal vez me maten o me metan en prisión", afirmó y heló la sangre de los lo que escuchaban su tremenda muestra de valentía.

El maratón de Río tuvo 150 historias paralelas. Muchas aún no se conocen, pero sin dudas, una de las más fuertes es la del etíope Feyisa Lilesa. Al llegar a la meta alzó los brazos como si estuvieran esposados, en lo que después explicó como un gesto de protesta en defensa de la etnia Oromo, mayoritaria en su país, cuyas manifestaciones fueron reprimidas con dureza por el gobierno. "Hice ese gesto por la actitud del gobierno de mi país contra los Oromos. Desde hace nueve meses, un millar de personas han resultado muertas. Tengo familiares en prisión en mi país. Si hablas sobre democracia te matan. Si vuelvo a Etiopía, tal vez me maten o me metan en prisión".

Lilesa pertenece a una de las etnias más numerosas de toda África. En Etiopía, los amhara, etnia minoritaria, gobierna el país desde el proceso de descolonización y mantiene desde los años 70 una guerra de baja intensidad contra los oromo, que durante estos años se han organizado en diferentes frentes de lucha armada. Se estima en 2,5 millones la cantidad de refugiados oromo en países vecinos como Somalia y Eritrea. ¿Qué piensa hacer el maratonista después de su acto de protesta? Contempla quedarse un tiempo en Brasil, a la espera de obtener más adelante un visado que le permita ir a Kenia o a Estados Unidos. "Es muy peligroso vivir en mi país. Tal vez tenga que ir a otro país", dijo un atleta que no sabe si retornará alguna vez.

"Yo representó a mi pueblo y debo dar a conocer lo que nos pasa". Y vaya si lo hizo. Con su actitud el nombre de Feliya Lilesa quedará grabado en lo deportivo, por su medalla de plata, y en la historia, por su valentía a la hora de dar a conocer su protesta.

(*) Enviado especial a Río de Janeiro