jueves 25 de abril del 2024

¡Adeus Río! Muito obrigado por tudo

Cómo fue la clausura de los primeros Juegos hechos en Sudamérica. Una experiencia que dejó claro que Brasil estuvo a la altura del acontecimiento.

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Cidade maravilhosa, cheia de encantos mil; cidade maravilhosa, coração do meu Brasil”. El himno ya había estado ausente en la ceremonia inaugural. Pero parece que lo habían guardado para desatar el carnaval carioca en la despedida de los Juegos Olímpicos.

Eso fue la clausura de los primeros Juegos de la historia de Sudamérica. Una experiencia que dejó bien claro que Brasil estuvo a la altura de tamaño acontecimiento. Decir Río es decir samba, carnaval, ese sonido que nos lleva a ubicarnos en la 'cidade maravilosa'. La música fue la gran protagonista de la fiesta inolvidable con la que Río, Brasil y Sudamérica le dijeron chau, gracias por todo, al mundo del deporte. Ahora, Tokio 2020.

Nada podía aguar la fiesta. Ni siquiera la tormenta que azotó Río y que hizo ver algunas butacas del Maracaná vacías. La música que llevan en el corazón los brasileños hizo innecesario decir el famoso dicho 'al mal tiempo, buena cara'. Ellos lo hicieron solos. Con su música popular, que vistió la noche en un estadio con muchos claros, aunque el público acompañó moviendo las caderas.

El reloj marcaba las 20.14 cuando entraron los abanderados, entre los que estaba una Paula Pareto que ganó el oro en aquel ya lejano primer día de competencia, que le impidió asistir a la apertura.

Cuando ingresaron las delegaciones y dieron media vuelta, se juntaron de celeste y blanco y Cecilia Carranza Saroli quedó sobre un par de hombros, mientras que Santiago Lange, su compañero de oro en el Nacra 17, charlaba abajo. Por ahí andaban los velistas María Sol Branz, Victoria Travascio y Bautista Saubidet Birkner, la palista Alexandra Keresztesi y Germán Lauro, entre otros.

A las 20 en punto, pájaros humanos de colores anticiparon el tono bien brasileño que tendría la ceremonia y formaron el Cristo Redentor, el Pan de Azúcar y los arcos de Lapa. La música estuvo a cargo de Martinho Da Vila, la danza del Grupo Corpo, los bailes tradicionales que levantaron al Maracaná y el poema “Saudade” con una estrofa que resumía lo que se respiraba: “No extraño lo que experimenté, porque ya se ha convertido en parte mía”.

El estadio explotó cuando llegó el video de los mejores momentos de estos Juegos y aparecieron los atletas brasileños. Sobre todo Neymar, y su medalla de oro en fútbol. De la delegación argentina sólo hubo pantallazos de Yamila Nizetich, la capitana de Las Panteras, y a Ezequiel Palacios, del seleccionado de vóleibol.

¿Con quién cerró? Con los dueños de los Juegos: Michael Phelps y Usain Bolt. Una de las más aplaudidas fue una de las grandes ausentes en Río. La rusa Yelena Isinbayeva fue una de las cuatro nuevas integrantes de la Comisión de Atletas del COI. La garrochista fue muy aplaudida después de que la IAAF le impidiera competir por una sanción masiva a los atletas de ese país.

El 'momento' de la ceremonia fue la presentación de Tokio 2020. Eduardo Paes, el prefecto de Río de Janeiro, le pasó la bandera olímpica a Bach y éste, a la gobernadora de Tokio, Yuriko Koike. Y la capital del Sol Naciente deslumbró en apenas 10 minutos de presentación. Aparecieron los Supercampeones, el Pac Man y Mario Bros, quien fue caracterizado nada menos que por Shinzo Abe, primer ministro japonés, quien se preguntó cómo podría llegar rápido a Río y un Mario Bros hizo un túnel hasta el piso del Maracaná.

El momento más tedioso de la hermosa ceremonia fue el de los discursos. Carlos Nuzman, presidente del Comité Organizador, fue al grano: “Soy el hombre más feliz del mundo. El mejor lugar del mundo es aquí. Río hizo historia y mostró su belleza y su capacidad para organizar el evento más importante del mundo. Los brasileños vencemos juntos. No le escapamos a la lucha. Ustedes tienen la medalla de oro”.

Después apareció el presidente del COI, Thomas Bach que aseguró: “Un Brasil unido inspiró al mundo en momentos difíciles con unos Juegos que fueron una celebración de la diversidad. Llegamos como invitados y nos vamos como amigos. Fueron unos Juegos Olímpicos maravillosos en la ciudad maravillosa”.

Llegó la samba. El carnaval. Así se cerraron los Juegos Olímpicos Río 2016. Una verdadera fiesta de una “Cidade maravilhosa, cheia de encantos mil; cidade maravilhosa, coração do meu Brasil”, que fue el centro del mundo. 

(*) Enviado especial desde Río.