En el deporte paralímpico hay historias conmovedoras de superación personal. La del egipcio Ibrahim Hamadtou es digna de relatar, ya que este atleta juega al tenis de mesa con la boca tras haber perdido los dos brazos en un accidente.
Hamadtou tiene 46 años y una fortaleza admirable. A los diez años sufrió un accidente que cambiaría su vida por completo. Ibrahim estaba aguardando la llegada del tren muy cerca del andén. Alguien lo empujó a las vías y fue arrollado por la locomotora.
Luego de sufrir la amputación de sus dos brazos, Hamadtou estuvo muy deprimido, pero el deporte salvó su vida. "Después del accidente estuve mucho tiempo sin hacer nada. No era feliz. Un amigo me llevó a un pequeño club, donde había una cancha de tenis de mesa. Allí, una persona me dijo que no iba a poder jugar", le contó el africano al diario La Nación.
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Hamadtou fue progresando en el tenis de mesa adaptado y cumplió uno de sus sueños: clasificar a un Juego Paralímpico. Lo hizo tras ser subcampeón africano en Marruecos.
Este atleta desarrolló además una técnica particular para el saque. Al no tener sus brazos, Hamadtou debe utilizar su pie para poder llevar la pelota a la altura de su boca y rematar con la paleta. Para ello, levanta la esfera con los dedos de su pie derecho y la pone en juego.
Una historia de superación, de valentía y de esperanza. Una entre tantas en estos Juegos Paralímpicos de Río.