viernes 29 de marzo del 2024

Selección Argentina: los de afuera no son de palo

Cuatro entrenadores de seleccionados nacionales se refirieron a la crisis del equipo de Bauza. La visión sobre el Patón y cómo salir del bloqueo mental.

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Hay dos conceptos que se repiten en cada voz, en cada opinión: tranquilidad y estado de ánimo. Porque para los técnicos que dirigen a las selecciones argentinas en otros deportes, las causas y consecuencias de la crisis del equipo de fútbol nacional pueden encontrarse ahí: en la cabeza, que incide de manera directa en el juego y en el resultado, y en el nivel de histeria –generado por periodistas, por hinchas y hasta por los mismos futbolistas– que envuelve a esta generación “angustiada” (Di María dixit).

“El problema de estos jugadores es que están pensando más en cumplir con la gente que en jugar por el placer. Y cuando la presión es más grande que el placer por jugar, el arco se vuelve más chico y los nervios se intensifican”, analiza Gabriel Minadeo, el entrenador de Las Leonas.

Algo de lo que dice Minadeo reconoció Sergio Agüero después de la derrota contra Paraguay, el último martes en una Córdoba enfurecida, que despidió a la Selección, después de muchísimo tiempo, con una silbatina general. El Kun, que erró el penal y después erró un mano a mano luego de una jugada exquisita, contó que la presión existe desde antes de empezar a jugar: “La cabeza, como a todos, te liquida. En la entrada en calor uno sentía eso”, dijo.

Sergio Hernández, el entrenador del seleccionado de básquet, entiende a Agüero y entiende a Di María, los dos más cuestionados, pero enfatiza que en el deporte de alta competencia, la cabeza –o el ánimo– nunca debe prevalecer por sobre la cuestión técnica. Y si eso sucede, para bien o para mal, algo está fallando. “Suena duro, pero en ese nivel, el deportista no debe sentir ni pensar. Debe ejecutar un plan, y agregarle, por supuesto, su talento y su virtuosidad –teoriza Hernández–. En algún punto tiene que ser como un cirujano, que cuando tiene que operar, no siente presión: tiene una técnica y un conocimiento previo, y se focaliza en lo que debe hacer. No piensa ni siente, ejecuta”.

Aprender a esperar. Después de un casting que se pareció más a un reality show que a una búsqueda acorde a la importancia del puesto, Edgardo Bauza asumió como técnico de la Selección el 5 de agosto. Ese día, Lionel Messi todavía estaba afuera, algo que el Patón logró revertir enseguida. Entre esa conferencia de prensa de presentación en Ezeiza y el encuentro contra Paraguay pasaron 67 días. 67 días, cuatro partidos (uno perdido, dos empatados y uno ganado) y un puñado de prácticas, que sirvieron más para conocerse o reencontrarse que para ensayar un esquema táctico o buscar una línea de juego. “Bauza demostró que tiene capacidad, ahora lo que necesita es tranquilidad. Es un proceso que empezó hace dos meses. Tuvo pocas horas de entrenamiento, y poco tiempo para hablar con los jugadores sobre sus ideas”, dice Carlos Chapa Retegui, entrenador de Los Leones, el seleccionado de hockey masculino que acaba de obtener la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

“Muchas veces no es fácil adaptarse al grupo, y el grupo al entrenador. Encima, la lesión de Messi complica, más cuando no tenés tiempo de trabajo”, agrega Eduardo Gallardo, DT de Los Gladiadores (handball). “Hay que tenerle confianza. El problema es que somos muy resultadistas. Esto es un proceso paulatino, y el secreto es el trabajo y la paciencia”, pide Minadeo.

Hernández valora a Bauza, pero cuestiona la falta de coherencia en la dirigencia. Eso de saltar de técnicos tacticistas a conceptualistas, o de los que procuran la posesión de pelota a los que apuestan a los contragolpes. “Bauza, como cualquier entrenador, necesita tiempo. ¿Por qué San Antonio Spurs es un equipo modelo en el básquet? Porque tiene a Popovich desde hace veinte años. El tema es que en Argentina, no estamos acostumbrados a eso”, dice el Oveja Hernández, que recuerda –“mal que les pese a los futboleros”– que esta Selección llegó a la final de los últimos tres torneos que disputó.

En eso coincide Retegui: “A Agüero lo banco a muerte. Que digan lo que quieran, pero éstos son los mejores jugadores que tiene la Argentina. Hay que dejar el exitismo de lado”, subraya el Chapa. Gallardo vuelve por sobre la psicología de los jugadores: “No avalo que porque ganan mucha plata no sienten la camiseta. Apuntaría más al tema anímico, que es muy importante. A la fijación de objetivos”, dice.

Oveja Hernández, por último, pide priorizar la búsqueda de una identidad: “Porque se habla mucho de los huevos, del carácter. Es algo valioso, pero se lo pone en un lugar demasiado alto. Porque los huevos te llevan a la ansiedad, la ansiedad al mal juego, y el mal juego a perder”.

(*) Esta nota fue publicada en el Diario PERFIL.