Los festejos van cambiando de escenario pero nunca se terminan. Primero el desahogo llegó en el Arena Zagreb donde luego del triunfo de Federico Delbonis la emoción desbordó a los jugadores que celebraron con los dos mil hinchas argentinos que acompañaron y alentaron sin parar durante los tres días.
Luego, la algarabía se trasladó a los vestuarios, más tarde a las calles de la capital croata en las cercanías del hotel donde se hospedaba el equipo, y aunque pasen las horas y el cansancio se hace presente luego de la maratónica jornada del domingo y las pocas horas de sueño, los festejos siguieron en el aeropuerto y arriba mismo del avión, donde se grabó un video de los jugadores y el cuerpo técnico cantando por la Argentina luego de un logro histórico.
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Mañana será el turno de la bienvenida en Ezeiza para después ir a visitar al presidente Mauricio Macri a Casa Rosada y quizá terminar de caer en la cuenta de la importancia de lo conseguido no sólo para el tenis argentino, sino para todo el deporte nacional, que sufrió, vibró, se emocionó y gozó con la definición.