Guillermo Barros Schelotto consiguió sin dudas una de las victorias más importantes en su carrera como entrenador y terminó la tarde del Monumental feliz y eufórico, a las corridas luego del cuarto gol que definió la historia y puso a Boca en lo más alto de la tabla de posiciones del Torneo de 30 equipos luego de ganar su tercer clásico de manera consecutiva.
Pero el Mellizo había comenzado la tarde enojado, incluso desde antes que la pelota empiece a correr. Todo sucedió cuando el equipo saltaba al campo de juego y él venía detrás de los jugadores pero cuando todavía estaba dentro de la manga, se desinfló (o la desinflaron) y el DT de Boca quedó atrapado. A puro manotazo logró salir y empezó a insultar a todos los que tenía cerca. Dos horas después, esta situación pasó a ser una divertida anécdota en su tarde más feliz como entrenador de Boca.
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