sábado 20 de abril del 2024

Messi y el fútbol a boca tapada

La medida de la FIFA sienta un precedente histórico, absurdo y arbitrario que modificará las pautas de conducta entre jueces y jugadores.

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Sobre el árbitro, división de opiniones: unos se acordaron de su madre y otros de su padre” Jose María Garcia, periodista deportivo español.

Lionel Messi fue sancionado de oficio por la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA). La causa ha sido un insulto que no está registrado en el informe del árbitro, pero se observa en las cámaras. Subrepticiamente, casi por arte de magia, estas imágenes se colaron en cuestión de horas en los escritorios de Zurich y, en apenas dos días, se dio a conocer la sentencia. La medida sienta un precedente histórico, absurdo y arbitrario que modificará para siempre las pautas de conducta entre jueces y jugadores.

Como un heterogéneo abanico que va de un extremo al otro, en el arbitraje hay de todo: mejores o peores, buenos y malos, algunos más respetuosos y otros más malhablados. Hubieron cancheros (como Pablo Lunati) y sobrios (como Ángel Sánchez); incluso hubo un tiempo, donde la filosofía separaba entre fundamentalistas de las reglas (Javier Castrilli) o los continuistas moderados (como Lamolina).

Para un jugador es obligación (lo ha sido y lo seguirá siendo), además de conocer y estudiar a los rivales, entender cuáles son los criterios del árbitro. Los defensores, por ejemplo, deben tener claro quién es más permisivo ante el golpe o quién saca tarjeta de manera temprana, al que se le puede hablar buscando empatía o, por el contrario, es preferible ni dirigirle la palabra.

Al momento del diálogo, es el árbitro quien marca el tono y la forma. Algunos jueces se dirigen al jugador tratándolo de usted e imponen distancia, en esos casos difícilmente exista la chance de llegar al insulto, salvo que sea abrupto y extemporáneo. Otros optan por un vínculo más cercano y de confianza; donde en ciertos casos puntuales, se permiten el chiste, la sonrisa o un “puteadita” ligera del estilo: “Dale, boludo, como vas a pegar así, que querés que te raje”. Circunstancias del estilo, si fueran sacadas de contexto y analizadas por la imagen de una cámara, generarían que el juego perdiera un quehacer importante.

Es cierto que a Messi, ante Chile, se lo vio algo alterado pero hay que entender el contexto: un rival con el cual se perdieron dos finales, ambas por penales, y donde el juego en tramos se tornó bastante áspero. En el partido, la discusión comenzó en una jugada por la derecha, en la que forcejeó con un rival y el juez de línea marcó lateral para Chile. Ahí, la imagen lo muestra desbordado, gritando: “La concha de tu madre”. En la continuidad, se cruzaron varias veces las miradas y, al finalizar, Messi saludó a parte de la terna arbitral pero le esquivó la mano a Emerson Augusto de Carvalho, el asistente mencionado. Detalles nimios que después son analizados de manera pormenorizada.

En la Argentina, se sospecha que fue el árbitro brasileño Wilson Luiz Seneme, el responsable del “informe abierto” que llegó a la FIFA. Seneme preside la Comisión de Arbitros de la Conmebol y, ante los comentarios, negó de manera enfática tener relación con el hecho: “Si hay una mano negra no es la mía”. Los rumores deslizan que el brasileño (no estuvo en el campo) se comunicó el uruguayo Jorge Larrionda (veedor del partido Argentina-Chile), para consultar si el informe arbitral incluía el insulto del capitán argentino.

El expediente de Messi fue inicializado en FIFA por Alejandra Salmerón García, Secretaria Adjunta de la Comisión Disciplinaria. El artículo 57 y 77a del Código Disciplinario, que involucra “ofensas al honor y deportividad “ y “sanciones a las faltas graves que no hubiesen advertido por los oficiales de partido” fueron esgrimidos para llevar adelante el caso. La multa por 10 mil francos suizos es nimia, comparada con las consecuencias de la suspensión de Messi por cuatro fechas. Ya se perdió el encuentro con Bolivia, donde Argentina perdió, y de seguir así, no jugará ante Uruguay en Montevideo y frente a Venezuela y Perú, en Buenos Aires; recién podrá estar a disposición para la última fecha: con Ecuador en Quito.

La FIFA tardó años en autorizar el uso de la tecnología en el fútbol, para no convalidar goles espurios: un aspecto fundamental. Ahora, paulatinamente, está intentando extender el uso del video ref a otros aspectos del juego, también relevantes. Empezar una caza de brujas sobre lo que se dicen o no se dicen futbolistas y árbitros, no contribuye en nada. Sino correrá la circular “Todo el mundo: a taparse la boca”, para poder seguir diciendo las mismas barbaridades que antes pero sin permitir que aparezca un puritano que, sentado en un sofá, juzgue los hechos a miles de kilómetros de distancia.