Está claro que esta clase de partidos siempre se quieren ganar, y mucho más si se trata de un abonado al triunfo como Cristiano Ronaldo pero también es cierto que el empate para el Real Madrid no era un mal resultado porque le permitía mantener la ventaja y por cómo se había dado el desarrollo del juego, con un Barcelona que ganaba 2-1 hasta poco antes del final y además tenía un jugador más por la expulsión de Sergio Ramos.
Pero Lionel Messi apareció cuando se moría el partido para silenciar el Santiago Bernabéu y provocar el enorme fastidio del portugués con la situación en general y con su compañero Marcelo en particular por no cortar con falta el inicio de la jugada que le permitió a Sergi Roberto avanzar con la pelota hasta campo del Merengue en la jugada que definió el clásico y puede torcer el rumbo de la Liga.