River llegó ilusionado al Nuevo Gasómetro producto de los últimos resultados propios y también de los de Boca, que le permitieron descontar una ventaja que hace poco tiempo parecía imposible y ponerse a solo un punto, con la posibilidad de conseguir un triunfo, y al menos por unas horas, ubicarse en lo más alto de la tabla de posiciones.
Pero en un partido parejo, con un River debilitado por la suspensión de Lucas Alario y la lesión de Sebastián Driussi en el primer tiempo, los errores se pagan muy caros y eso mismo le pasó a Augusto Batalla, que tras una mala salida le permitió a Paulo Díaz poner el 2-1 final con el que San Lorenzo se quedó con los tres puntos y con la ilusión de los dirigidos por Marcelo Gallardo, que ahora le prenden velas a Independiente para seguir en la pelea por el título.