Todos los futboleros en Argentina recuerdan a Marcelo Barovero como un arquero sobrio, que siempre brindó seguridad, y mucho más los hinchas de River, quienes disfrutaron su mejor versión y lo despidieron como un ídolo cuando partió rumbo a México.
En el Necaxa se ganó el puesto y la capitanía por sus buenos antecedentes pero también por un gran presente. Pero el puesto de arquero fue, es y será ingrato y cualquier error puede derivar en un gol en contra.
Eso fue lo que sucedió en el partido ante el Toluca cuando recibió un pase atrás de un compañero y en su intención de despejar, le pifió a la pelota, que recorrió la línea de gol pero por suerte para Trapito pegó en el palo, que lo salvó milagrosamente de uno de los peores bloopers de su carrera. Como Barovero agarró la pelota con la mano, le cobraron tiro libre indirecto dentro del área pero no fue gol, el partido terminó 0-0 y sólo fue un susto.