jueves 18 de abril del 2024

Maradona presidente de la AFA

Con humor, el publicista Omar Bello se anima a un juego de imaginación: ¿Qué pasaría con el fútbol argentino si Diego reemplazara a Grondona?

442

“Todo pasa… ¡por mí!”, puede leerse en el flamante anillo que Maradona luce en su asunción como presidente de la Asociación de Fútbol Argentino. Lejos de lo que se esperaba, se trata de una ceremonia sencilla. ¿El punto más alto? Cristina ordenándole a Cherquis Bialo que retire el retrato de Grondona.

La foto de Bialo subiéndose a un banquito mientras descuelga el cuadro de su ex jefe, recorre el mundo. De nada le servirá: a los pocos días, en un gesto de reconciliación inesperado, Diego le ofrece el puesto de vocero de la AFA a Toti Pasman quien, después de dudar diez segundos, acepta y afirma que el Diez no quiso decir lo que dijo, y promociona su nuevo libro: “El que la tenía adentro era el tordo”; poco sutil referencia a Carlos Salvador “Judas” Bilardo que continúa pregonando su inocencia y dirige las inferiores de Arsenal (fue lo mejor que le consiguió Don Julio antes de volver a la ferretería junto a su hijo).

Inspirado en las enseñanzas del amigo Chávez, la primera medida de Diego consiste en romper relaciones con la FIFA. En su oficina reciclada, donde se destaca un pisapapeles hecho con la cabeza embalsamada del perro que lo mordió, la foto dedicada de Fidel, un tiro al blanco con la cara de Riquelme, el famoso rifle de aire comprimido y un teléfono rojo con línea directa a Dalma y Gianinna (son el cerebro de todo), atiende una urgente llamada de Joseph Blatter quien, tratando de mantener la calma, lo invita a dialogar. “Vos también la tenés adentro”, recibe a manera de única contestación.

En una entrevista profunda y audaz, Gastón Recondo y Marcelo Palacios preguntan a quemarropa si todo esto le pasa por ser Dios. Maradona afirma que es sólo un hombre común y los autoriza a levantarse (entraron de rodillas). No sin antes leer las encuestas, Néstor redobla la apuesta de Cabandié y propone levantar un monumento de bronce hecho en base a donaciones populares. Las donaciones en cuestión llueven pero gracias a nuestras “costumbres argentinas”, la estatua final es de pura y reluciente… lata. Messi no viene al acto de inauguración aunque, al mejor estilo Isabelita Perón, manda una carta de adhesión que empieza con la frase “Vosotros sabéis lo que Don Diego significa para mí”.

Luego de una concienzuda búsqueda, Maradona llega a la conclusión de que el mejor técnico para la Selección es…, él. Cristina apoya la medida con entusiasmo y organiza un plebiscito para convalidar la presencia de Heinze, único capricho que la sociedad parece cuestionarle. El pueblo aprueba y, un día histórico que recordaremos por años, Bolivia nos gana 7 a 0 en las Eliminatorias. “Me faltó tiempo”, lee no sin dificultades Diego, y asegura que Ruggeri le mintió, Mancuso lo traicionó y Enrique no hizo nada pero la va a ligar igual.