La operación de rodilla a la que se sometió Kaká y los cuatro meses de rehabilitación que le quedan por delante frustraron la operación que, de manera muy silenciosa, el Real Madrid llevaba adelante con el Chelsea inglés por la venta del brasileño.
Según el medio español El Confidencial, el brasileño había aceptado emigrar al fútbol inglés como consecuencia de su mala temporada y del tendal de críticas que desató su falta de rendimiento en los hinchas merengues.
El DT del Chelsea, por su parte, había pedido ya al presidente del club la incorporación del brasileño y se había puesto en contacto con el entorno del jugador. Es más, se señala que Roman Abramovich, dueño del club inglés, estaba dispuesto a desembolsar 67 millones de euros para cerrar la operación.
Sin embargo, la lesión le puso freno a la transacción y Kaká deberá quedarse en España. La noticia enfureció a más de un dirigente del Real Madrid que piensa que fue el propio brasileño el que jugó con las intenciones del club y con su propia integridad física al exponerse con su selección a un mal mayor.