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El seleccionado argentino de básquetbol logró hoy un meritorio quinto puesto final en el Campeonato Mundial de Turquía, al derrotar a España por un agónico 86-81, en su último partido del torneo. Argentina consiguió así cortar una racha negativa de 16 años en choques oficiales contra España, el último campeón mundial y uno de los favoritos al título, en un partido que se le complicó demasiado pues llegó a sacar una luz de 25 puntos en el tercer cuarto.
Con el quinto puesto obtenido, el equipo argentino quedará segundo en el ranking mundial de la Federación Internacional (FIBA), superado sólo por Estados Unidos.
Al conjunto argentino se le enredó un cotejo que por momentos dominó con asombrosa e inesperada facilidad desde el comienzo mismo. Es que Pablo Prigioni (7 asistencias) hizo circular el balón con enorme criterio y asistió a un Delfino (27 puntos, 6-11 triples) que comenzó a construir una actuación monumental, al tiempo que Oberto se mostraba sólido en los rebotes y participativo en ataque (10 puntos y 8 recobres).
La diferencia máxima de 59-34 a 6m30s cierre del tercer cuarto era una consecuencia natural para un equipo muy superior y presagiaba que el partido estaba definido. Sin embargo, en apenas 5 minutos se desmoronó la ilusión de una cómoda victoria argentina, porque tras esa enorme ventaja, vinieron los peores 5 minutos del equipo de Hernández en todo el torneo. Muchas pérdidas de pelota, sobre todo en primera línea que permitieron varias definiciones en contraataques cómodos y varios ataque en que los ni siquiera pudo lanzar al canasto, fueron el motivo para que España, con San Emeterio haciendo una defensa friccionada sobre Delfino, al que desgastó, y con Scola aislado, metiera un demoledor pasaje de 26-2, que increíblemente dejó sin ventaja a los argentinos.
A 1m 30s del final una Argentina aturdida, desorientada y cansada veía que solo ganaba por 61-60 y gracias a un par de acciones positivas de Scola logró un poco de aire para cerrar el segmento 65-62, aunque lleno de dudas.
El último cuarto se pareció mucho al partido que se pronosticaba: parejo, intenso, muy físico y sin margen para el error. Sin jugar bien, Argentina ya no perdió tantas pelotas y a España le costó atacar, en 5 contra 5, la defensa zonal que le propuso. La efectividad argentina cayó abruptamente, pero los españoles, que nunca jugaron cómodos, no la pudieron aprovechar, aunque Marc Gasol se hacía inmenso cerca del cesto y Fernández (31 puntos, 5-7 triples) no perdonaba desde el perímetro.
Con el partido abierto para cualquiera y tras una ataque que se extendió y en el cual Argentina no encontraba un definidor claro, Prigioni tomó la responsabilidad y metió un triple salvador a 15s del final que puso el marcador 85-81, que los españoles ya no pudieron remontar.
Tras la chicharra final y la victoria por 86-81 los argentinos festejaron un triunfo que les permite demostrar con el quinto puesto, que aún fuera del podio, siguen perteneciendo a lo más selecto del básquetbol internacional.
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