jueves 18 de abril del 2024

Diego, Julio, Néstor y Cristina

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Diego Armando Maradona es un hombre que suele aparecer en momentos críticos de la vida de las personas. Lo hizo en el velorio de Sebastián Passarella, hijo del Kaiser, a pesar de estar distanciado del actual presidente de River. También en el velorio de la Negra Sosa, más allá de jugarse la clasificación al Mundial unos días después frente a Perú y Uruguay. Cuando hace pocos días se le realizó una angioplastía a Néstor Kirchner sintió ganas de visitarlo, pero no hubo tiempo en la Clínica Los Arcos de Palermo. El intendente de Ezeiza, Alejandro Granados, se encargó de arreglar la cumbre del último viernes en Olivos.

Del encuentro de dos de los hombres más importantes de la República participó durante unos minutos Cristina Fernández de Kirchner. La presidenta le dio un beso a Maradona, charló un rato con él, pero no salió en la foto. Todo un gesto. ¿Por qué? Porque la relación de afecto de Julio Humberto Grondona es con ella, no con el primer caballero. El vicepresidente de la FIFA tiene feeling con Cristina, la quiere. Con Néstor no se pueden ni ver. Diego quiere volver a ser el técnico de la Selección Argentina. Una gestión de la Presidenta tendría peso y fuerza, pero una iniciativa del presidente del Partido Justicialista NO.

Vale la pena repasar algunos hechos que marcan las relaciones entre estos protagonistas. La primera vez que Néstor utilizó políticamente a Maradona fue en el 2004. Gianina buscó a su papá por la clínica de Leloir, en la que hacía una rehabilitación, para llevarlo a la Casa Rosada. Lo recibieron el por entonces presidente y Aníbal Fernández. Maradona arribó a la calle Balcarce con un estricto operativo de seguridad, con una campera de lluvia azul y varios kilos de más. Diego no paró de transpirar en la media hora que duró la charla. En ese momento, Maradona podía ser declarado incapaz, se le iba a dictar una curatela y necesitaba una autorización judicial para viajar a Suiza. Ese fue el motivo de la reunión. Diego no se fue a Europa, pero de todas maneras hubo química entre ambos. Se encendió la mecha para una relación futura con proyectos de grandeza, característica de los personajes en cuestión. A fines del 2007, Maradona recibió en Ezeiza la Orden de Mérito al deportista. En el acto estuvieron Kirchner, Bilardo –trabajaba con Daniel Scioli en la Provincia-, Ricardo Bochini y Granados. El ex presidente dijo en ese entonces: “Vine a ver al más grande”. Un año más tarde, a fines del 2008, el ex entrenador de la Selección inauguró un shopping en la zona Oeste del sur del gran Buenos Aires junto a Cristina y Scioli.

En esos años la contracara fue la relación Kirchner-Grondona. Don Julio necesitaba recursos frescos para un fútbol deficitario y quería el Prode bancado, cosa que el Gobierno nacional nunca le dio. Por su parte, Néstor tenía decidido intervenir la AFA, pero Alberto Fernández y Sergio Massa lo pararon después de uno de los clásicos fulbitos en la quinta de Olivos. Máximo Kirchner, fanático de la Academia, culpaba al presidente de la AFA de las penurias de su amado Racing Club de Avellaneda. El exabrupto de Grondona (“Néstor es un tremendo cagón”) al aire con Mauro Viale en Radio Rivadavia en el 2010 refleja el pensamiento del hombre fuerte de Sarandí. Del otro lado, Néstor no le perdona haber llegado a la calle Viamonte en plena dictadura militar. No comulga su filosofía de los derechos humanos.

Grondona se sorprendió gratamente cuando conoció a Cristina en las reuniones que tenía junto a José Luis Meiszner, Aníbal Fernandez y el Dr. Carlos Zanini por el Fútbol Para Todos. El amor se concretó cuando una noche en Olivos Cristina le dijo al dirigente más importante del fútbol argentino: “Yo le doy los 600 millones de pesos que quiere para televisar el fútbol, pero no se dé vuelta si Clarín le ofrece lo mismo”. Don Julio respetó su palabra y hoy el fútbol es gratis. Junto a Maradona, en ese momento DT de la Selección, hicieron el anuncio con bombos y platillos en el predio de Ezeiza. Diego le regaló una camiseta de la Selección a la Presidenta con el nombre de CRISTINA. La mandataria quiere a Diego, Grondona quiere a Cristina y también al Pelusa, pero Maradona no tanto a Grondona. Si los Kirchner siguen en el poder, a Maradona no le faltará trabajo. Algunos sueñan con la Secretaria de Deportes si Claudio Morresi va en alguna lista como diputado en las elecciones del 2011, puesto que por supuesto no es el ansiado por el Diez. Lo cierto es que la foto del viernes por ahora no cambia nada en la AFA. Grondona le prometió a Claudia (¿una mentira piadosa?) que el nombre de Diego será analizado por la futura Comisión de Selecciones. Pero nada más. Aunque Maradona, ahora, esté dispuesto a cambiar a todo el cuerpo técnico.