viernes 29 de marzo del 2024

Aprendió a caminar en dos ruedas

Javier Pizzolito, el mejor argentino en la categoría más competitiva del Rally Dakar, maneja motos desde los cinco años. Su historia.

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Como sucede con buena parte de los deportistas, la explicación de por qué tienen tanta pasión por lo que hacen está en el legado de los padres. Y Javier Pizzolito no es la excepción. Su papá Alberto (aunque toda la familia le dice Francisco) era fanático de las motos y, obviamente, Javier no pudo escaparse de la herencia familiar. “Desde los cinco años que Javi tiene una moto. Prácticamente aprendió a caminar y a andar en moto al mismo tiempo. Le encantan, y desde chiquito me pedía que lo llevara conmigo”, cuenta su padre.

Después hizo el camino de cualquier fanático del motocross. Corrió en los torneos bonaerenses y en el Nacional y enseguida consiguió que todas las miradas se posaran sobre él. En 1992, con sólo doce años, fue campeón del Enduro de la Costa Atlántica. Los dos años siguientes también lo tendrían como el número uno en este torneo. Después llegaron más éxitos y reconocimiento en todo el país. Pero como le sucede a cualquier piloto argentino de motocross, no podía dejar de mirar a la AMA Supercross, la categoría más importante del planeta en esta disciplina. Su sueño de estar ahí se cumplió en 2001, cuando compitió en la Super Cross Series división amateur. Terminó sexto y con una sonrisa que nadie le podía borrar. “Fue algo increíble que le permitió un reconocimiento que nunca hubiésemos imaginado”, asegura Alberto.

En 2009, el Dakar llegó a la Argentina y Javier no se perdió ni un minuto de la carrera. Ya había conseguido todo con el motocross, y el rally raid comenzaba a ser una buena opción. Su primera experiencia en este tipo de carreras fue en 2009 con el Rally Cross Country argentino, y se llevó el título. La gente de Honda tomó nota de su actuación y le pidió que fuera su piloto oficial en el Dakar 2010. Los especialistas no dudaban que sería la gran revelación del rally raid.

Un día negro. La imagen de la moto de Pizzolito en llamas antes de la largada del Dakar 2010 era increíble. El piloto de Pinamar veía cómo ese fuego lo dejaba sin la ilusión de ser parte de la competencia. Una perdida de nafta cuando la moto estaba parada desató el desastre. Su gente no lo podía creer. Lala, su mujer, cuenta que toda la familia estaba muy amargada, pero que Javier lo tomó con mucha calma. “El es muy cerebral y se lo tomó con mucha calma. Nosotros estábamos muy mal, pero Javi estaba tranquilo. No hablaba mucho, pero se lo notaba calmado”, explica.

Después de esa desilusión, el piloto de Pinamar comenzó a entrenar de cara al Dakar 2011. Obviamente fue parte del Rally Cross Country argentino, y se llevó el título en su categoría. “El es un chico que se desvive por las motos y yo lo acompaño en todo lo que puedo. Es todo fruto de su esfuerzo”, dice su padre.

Con la mala experiencia del año anterior, Pizzolito no dejó su moto ni un segundo durante todos los días del parque cerrado de la Rural. El día de la largada se la pasó cerca de su Honda para evitar cualquier problema. Con esa primera parte pasada con éxito, todo lo que venía era nuevo para él.

Historia en el Dakar. La idea del pinamarense en este Dakar era sólo dar la vuelta. Quería largar el 1º y estar el 15 en Buenos Aires. No pensaba en posiciones ni en luchar por un lugar destacado. Pero el día de la prueba especial de Fiambalá, el miércoles pasado, fue histórico. Motos y cuatriciclos largaron de a veinte, como si fuera una carrera de motocross. El circuito también era muy parecido al de los torneos en los que se destacó durante toda su vida. El séptimo puesto conseguido en esa prueba fue un ejemplo de su capacidad en este tipo de trazados. Además, se convirtió en el argentino que mejor posición tuvo en esta categoría en la historia de la competencia. Si bien ese día se cayó y se rompió un diente, no pudo ocultar la felicidad por el puesto conseguido. “Cuando vi la posición en la que terminé no lo podía creer. Sabía que me había ido bastante bien porque estuve toda la especial con los pilotos de punta, pero verme ahí fue tremendo”, contó Pizzolito ese día.

Ahora sólo queda un día de competencia y su idea es terminar entre los primeros veinte: sería el piloto argentino que mejor posición final conseguiría en el Dakar. Todo indica que lo logrará.

(*) Diario Perfil

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