jueves 28 de marzo del 2024

Davis: el estadio, eje de una polémica

Se llama Mary Terán de Weiss, pero el Gobierno porteño lo promociona "Parque Roca". La denuncia en el Inadi y el reconocimiento a una grande. Galería de fotosGalería de fotos

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Se llamaba María Luisa Terán de Weiss y escribió, aunque su nombre no retumbe en la memoria inmediata de los argentinos, un capítulo importante en la historia del deporte nacional. Se erigió figura del tenis mundial en la década del 40, pionera de un camino sobre el cual otras grandes como Gabriela Sabatini o Paola Suárez cosecharon sus propias glorias.

Si se repasan sus “datos duros”, se puede asegurar que nació en Rosario un 19 de enero de 1918, que era riverplatense, que ganó tres medallas –dos doradas y una de bronce- en los Juegos Panamericanos, que en el 50 se coronó en el Abierto de Irlanda y en Israel, que en el 51 se impuso en Colonia y Baden-Baden y en el 54 en Welsh y que dejó de existir en Mar del Plata, un triste día de diciembre luego de arrojarse al vacío desde un departamento.

Si hay que hablar de su impronta como mujer, resalta que era hermosa como pocas, que rompió el molde de la tenista estándar y lució modelos sobre los courts confeccionados en encaje y puntilla. Que los detalles estéticos no obnubilaron sus objetivos profesionales, y que alcanzó el puesto a la mejor tenista argentina durante cinco temporadas. Que se movió como pocas en las canchas, manejó un revés implacable y que de mil cien partidos disputados a nivel internacional, cosechó 832 victorias.

Si se piensa en sus ideales, vale resaltar que tuvo la osadía, a partir de su militancia peronista y en un medio absolutamente elitista, de intentar construir junto a su hermano y su marido un puente entre “el deporte blanco” y los barrios, los chicos, los más necesitados, el pueblo. Que fue perseguida por su ideología, boicoteada en su actividad profesional y empujada al exilio. Que cuando decidió volver, y luego en democracia, pasó inadvertida para el Estado, los medios y las asociaciones de tenis.

Si mencionamos a María Luisa Terán de Weiss hoy, a 26 años de su suicidio, quizá muy pocos sepan que su nombre, su recuerdo y un pequeño homenaje marcan el eje de una polémica que gira en torno al estadio en donde el equipo argentino de Copa Davis disputa los octavos de final contra Rumania.

Estadio, decreto, y un nuevo olvido. El escenario en donde ayer miles de argentinos festejaron los triunfos de David Nalbandian y Juan Mónaco se terminó de construir en tiempo récord en septiembre de 2006 para jugar la Copa Davis. Emplazado en el Parque Roca, se decidió, un año después y mediante la ley 2501/7, denominarlo Mary Terán de Weiss.

Como el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires lo nombra, en sus promociones, “Estadio Parque Roca”, el Movimiento Social del Deporte de la Ciudad de Buenos Aires le envió una carta hace poco menos de un mes al Jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, solicitando que el estadio se denomine legalmente con el nombre de la fallecida tenista.

Ante la ausencia de respuestas, desde el Centro de Estudios e Investigaciones del Deporte (CEID) se realizó una denuncia en el Inadi contra Macri y varios funcionarios del PRO por “discriminación ideológica y de género”. "El Gobierno porteño decidió ignorar el verdadero nombre del Estadio en toda la publicidad oficial de los eventos que se realizan en el mismo. Además, la imputación se extenderá al Ministro de Cultura, Hernán Lombardi, y al Subsecretario de Deportes, Francisco Irrazaval, responsables de las actividades en dicho escenario", asegura el comunicado del CEID.

"Lo siguen nombrando el Parque Roca, prefieren el nombre de un genocida. Macri, Hernán Lombardi ignoran oficialmente el nombre que lleva el estadio. Mary Terán ha dejado en nosotros una fuerza por seguir luchando en el movimiento peronista. Era una luchadora por los derechos", puntualizó Victor Lupo, ex director de deportes de la Ciudad de Buenos Aires, en una entrevista realizada por Radio Cooperativa. Ahora, resta esperar para saber si, aunque sea un homenaje tardío, la figura de Terán de Weiss comenzará a tener el reconocimiento que sin duda se ganó y nunca tuvo.

(*) Redactora de 442

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