viernes 19 de abril del 2024

A River le duró poco: 1-1

Un golazo de Ferrari lo puso en ventaja al comienzo del segundo tiempo, pero enseguida Sarulyte marcó para Estudiantes. Qué deben hacer ahora los de Núñez para salvarse. Galería de fotosGalería de fotos

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Más por errores de Estudiantes de La Plata que por aciertos propios, un River que volvió a jugar mal logró llevarse del estadio de Quilmes un 1-1 que lo obliga a aguardar a la última fecha del Clausura para saber si juega o no la Promoción.

En esa instancia, una derrota o un empate de Olimpo visitando a Quilmes -que debe ganar o ganar si quiere evitar el descenso directo- permitirá automáticamente salvarse a los de la banda y también a Tigre, que depende de sí mismo ya que ganando en La Paternal su partido ante Argentinos Juniors de la última fecha zafará de todo.

En cambio, por más que gane en la última fecha ante Lanús en el Monumental, River deberá aguardar a lo que suceda en campo quilmeño, dado que, de ganar ambos, los de Núñez y los de Bahía deberán jugar un desempate al quedar igualados en el promedio salvo si pierde Tigre, que en ese caso quedaría condenado a la Promoción.

De empatar Tigre y ganar tanto River como Olimpo, inclusive, podría haber un triple empate en la tabla de promedios que obligaría a estos equipos a jugar un triangular para determinar cuál enfrentaría por la permanencia a un conjunto de la B Nacional.

Lo cierto es que, con no mucho más que el trabajo realizado por Enzo Pérez mientras estuvo en la cancha, Estudiantes puso en serios aprietos a los de JJ, que a pesar de ponerse en ventaja en el arranque del segundo tiempo penaron como lo vienen haciendo en los últimos tiempos.

Un párrafo aparte se merece el entrenador de Estudiantes, Luis Suárez, quien en seis minutos, los que mediaron del 9 al 15, sacó a sus dos mejores hombres (Pérez y Leandro Benítez) cuando su equipo tenía la victoria al alcance de la mano.

Demasiado intrascendentes resultaron los primeros 45 minutos, en los que tanto Estudiantes como River no tuvieron la fórmula para concretar un juego asociado y crear peligro sobre el arco del rival.

River, el necesitado, trató de armar un circuito en el medio con Erik Lamela, Manuel Lanzini y un Leandro Caruso que se tiraba atrás unos metros. Pero todo esto resultó demasiado livianito y fue controlado casi sin problemas por los volantes de Estudiantes, que salió rápido cuando consiguió la pelota en el medio del campo y complicó a su rival especialmente por los costados.

Así fue que sobre los 30 minutos Enzo Pérez (el jugador más claro de la etapa) se escapó por izquierda, envió el centro y Guido Carrillo, anticipando a Juan Pablo Carrizo, tocó una pelota que se fue cerca del palo izquierdo.

Apenas iniciado la segunda parte se produjo la primera gran emoción del partido. Se jugaban apenas 2 minutos, cuando la defensa de Estudiantes rechazó mal, la pelota le cayó a Ferrari sobre el sector derecho del área, el lateral corrió en forma paralela y cuando quedó frente al arco sacó un zurdazo violento, que depositó el balón en el fondo de la red.

Ni siquiera estar en ventaja le permitió a River acomodarse en la cancha y manejar, aunque sea un poco, el trámite del partido. A los 8 minutos, Estudiantes tuvo a favor un tiro libre frontal. Benítez se paró frente a la pelota y sacó un remate llovido al medio del área que le cayó justo a Matías Sarulyte, quien anticipó a su marca y de cabeza decretó el empate.

Ahí el partido quedó en favor de Estudiantes. J. J. López sacó a Lanzini y puso a Rogelio Funes Mori para inquietar, junto a Caruso, a la defensa de Estudiantes, pero la modificación no le dio resultado.

Por el contrario, Estudiantes no se preocupó y fue por más. Ayudado por el pobre desempeño riverplatense, mostró que podía ganar el partido, pero entonces Suárez fue contra el sentido común y sacó a dos hombres que podían marcar la diferencia. River, agradecido.

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