jueves 25 de abril del 2024

El meteórico ascenso de Errea

Con 20 años y a dos de jugar para Sacachispas, Néstor Errea produjo un caso único al defender la valla argentina en 1959.

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El único año en que se jugaron dos sudamericanos fue 1959. El primera tuvo lugar en Buenos Aires y lo ganó Argentina, que así retuvo el trofeo que venía de conquistar en 1955 y 1957. Y el segunda fue uno de los denominados "extra" en que, así como en el de Montevideo 1956, no estuvo en juego la Copa América, sino simplemente el título de campeón.

A ese certamen disputado en Guayaquil en diciembre del '59, Argentina concurrió no sólo con nuevo técnico (José Manuel Moreno, quien reemplazó al triunvirato formado por Victorio Spinetto, José Della Torre y José Barreiro con el que la Selección había conquistado el título en Buenos Aires), sino también con un plantel casi completamente distinto al que había ganado la Copa en abril del mismo año.

Uno de los integrantes de esa plantilla era un joven arquero llamado Néstor Martín Errea, quien tan solo dos años antes y con 18 de edad jugaba en la tercera categoría del fútbol argentino defendiendo la valla del modesto Sacachispas, que por entonces comenzaba a ser semillero de varios jugadores que luego se destacarían en Primera y especialmente de algunos notables arqueros como el propio Errea y dos que luego serían figuras en Estudiantes de La Plata: Alberto Poletti y Oscar Pezzano.

Tras destacarse como una precoz figura en el club de Soldati, Errea había llegado en 1958 a Atlanta, donde ese año -en el que los bohemios cumplieron una gran campaña en la "A"- jugaría en reserva ya que el titular, Angel Rocha, llevaba seis temporadas con buen nivel en el arco bohemio y era prácticamente inamovible.

Ya en 1959, el joven Errea, a quien por entonces miraba mucho como arquero de las inferiores bohemias un tal Hugo Gatti -quien siempre lo reconocería como uno de sus maestros en el arte de jugar adelantado-, debutaría y comenzaría a destacarse en el equipo superior de los de Villa Crespo, que con él como titular seguiría cumpliendo notables performances hasta 1961. Y por eso, ya en diciembre de ese mismo 1959 aquel muchacho sería convocado por Moreno para el Sudamericano Extra de Guayaquil.

Allí, Errea sólo jugó el primer partido de Argentina, que en esa oportunidad venció por 4-2 a Paraguay. Eso, sin embargo, le bastó para lograr un récord, al convertirse con 20 años en el arquero más joven en jugar para el Seleccionado en un sudamericano.Y también, para protagonizar un caso pocas veces visto al llegar en dos años de Sacachispas a la valla albiceleste.

Sin dudas, aquello fue toda una hazaña del Flaco, quien no tendría suerte luego en Boca al quedar a la sombra de Antonio Roma pero igualmente dejaría un gran recuerdo en ese club al igual que en Atlanta, Colón, Peñarol, Estudiantes de La Plata, Banfield y el fútbol de Grecia, país donde falleció el viernes 3 de junio de 2005.