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Corría enero de 1984. Junto con Independiente y Ferro, Estudiantes de La Plata era en materia de equipos lo mejor, la crème de la crème del fútbol argentino. Y entre sus valores más destacadas estaba un habilidoso volante ofensivo surgido de River, que en 1982 había vuelto al país a pedido del entonces DT pincha Carlos Bilardo luego de tres años y medio en el fútbol inglés.
Hoy, con una cabellera que denuncia sus 56 años en lugar de aquella frondosa, negra y desordenada de ese enganche que fuera, Alejandro Sabella debuta como técnico de la Selección. Y lo hace en la India. Un lugar en el que seguro le quedó atragantado no poder estar en aquel enero de 1984, participando de la única gira que Argentina había hecho hasta ahora por ese país.
Ya al debutar Bilardo al frente de la Albiceleste el 12 de mayo de 1983, en un amistoso que terminó 2-2 contra Chile en Santiago, Sabella había estado allí, haciendo también su propio debut en el equipo nacional, que ese jueves formó con Fillol; Carlos Arregui, Ruggeri, Trossero y Olarticoechea; Giusti, Marangoni, Alonso y Burruchaga; Calderón -reemplazado a los 87 por Víctor Ramos- y Gareca.
Para Pachorra, el momento sublime de estrenarse como integrante del Seleccionado llegó esa noche en el Estadio Nacional faltando 20 minutos para el final, cuando reemplazó a Burruchaga. A esa altura, el partido estaba 1-1 por goles de Juan Carlos Orellana a los 35 para los locales y de Alonso de penal a los 10 del complemento. Luego marcarían Gareca a los 81 y Rodolfo Dubó sobre el final.
Además de ese encuentro, en 1983 Sabella también jugaría para la Selección de Bilardo otro amistoso (0-0 contra Paraguay en Vélez) y los cuatro partidos de Argentina en la Copa América, ya como titular en todos los casos. Y aún en 1984 volvería a estar desde el arranque en un 0-0 ante Brasil en San Pablo y una derrota por 1-0 frente a Uruguay en el Estadio Centenario.
Entre aquel Sudamericano del '83 y esos dos amistosos del año siguiente en los que el hoy seleccionador cumplió sus últimas actuaciones con la celeste y blanca, Argentina, curiosamente sin él pero con otros compañeros suyos de Estudiantes como su actual ayudante Julián Camino, jugó con otras cinco selecciones la Copa Nehru en Calcuta, donde terminó tercera.
En esas únicas presentaciones que hasta el día de hoy tuviera en la India, la Albiceleste, con figuras como el Beto Márcico, Gareca, Burruchaga y el también pincha José Daniel Ponce -quien ocupó el puesto de Sabella-, arrancó bien, venciendo 1-0 a Rumania y la selección local e igualando 1-1 un partido en el que claramente mereció el triunfo ante Polonia, al cabo campeón del torneo.
Cuando ya Bilardo y compañía paladeaban la posibilidad de llegar a la final que jugarían los dos primeros, sin embargo, una muy inesperada y agónica derrota por 1-0 ante China dejó al equipo prácticamente sin chances, al punto de que -victoria polaca sobre los chinos mediante- de nada le sirvió vencer por 3-0 a Hungría en su último compromiso en el Estadio Eden Garden.
¿Le hubiera ido mejor con Sabella a aquella formación argentina? Imposible saberlo. Lo seguro es que hoy, a 27 años de aquella gira en la que no pudo estar, con sólo entrar al campo el flamante técnico de la Selección tendrá una pequeña revancha. Aunque, claro, en un rol muy distinto al de aquel volante de pelos negros y enmarañados.
