Podría haber sido él. U otro. Pero no. Como en ocho de nueve ocasiones desde 1979, este martes no habrá candidato opositor a Julio Grondona en la Asamblea que designará al presidente de la AFA. Y acaso nadie mejor que el Dr. Fernando Raffaini, quien hace poco estuvo a punto de convertirse en ese competidor que el fútbol argentino espera en vano, para entender por qué -como dirá en su charla con 442- "es imposible" en la práctica siquiera postularse al sillón de El Padrino.
"Hasta el martes en que fuimos a presentar la candidatura estaban los siete avales que necesitábamos. Tres los daban Vélez y dos clubes que puedo mencionar porque lo dieron a conocer públicamente que eran All Boys y Newell's. El presidente de All Boys había hablado con gente del Ascenso y llegábamos a los siete. Pero ese mismo martes surgió lo de las medidas cautelares, y como algunos preferían no exponerse decidimos frenar la presentación".
Así recuerda el presidente velezano aquel martes que pudo haber sentado un mojón en la historia del fútbol argentino de haberse oficializado su candidatura, decidida poco antes ya que, como repite durante la entrevista, lo que lo llevó a competir por el sillón de Don Julio "es una cuestión más programática que personalista".
Finalmente, aquel grupo de dirigentes que pensaba al menos poder presentar un candidato para competir por la presidencia de la AFA no pudo como se sabe reunir los siete avales necesarios para hacerlo, ya que algunos de los 49 asambleistas que debían dárselos se dieron vuelta misteriosamente y, al reunir el apoyo de 43, Grondona quedó automáticamente erigido en único candidato, tal como viene ocurriendo sistemáticamente desde 1995.
Consultado sobre si fue por miedo a represalias de Don Julio que finalmente algunos asambleístas se arrepintieron de avalarlo, Raffaini la deja picando: "Eso corre por cuenta de ustedes. Nosotros hablábamos con otros clubes decían que se necesita un cambio, pero evidentemente hay una preocupación. Algunos recién ascienden y por eso prefieren no hacer público un apoyo a una lista alternativa", sugiere.
"Lo único que uno pedía era 'aválenme para ser candidato', y creía que podía serlo después de 18 años de dirigente y tres de presidente en un club muy ordenado. Pero evidentemente, así como están las cosas es imposible", dice remarcando esas últimas dos palabras este abogado de 45 años, que al finalizar su mandato a fines de este año dejará de ser presidente de Vélez para retomar con todo su actividad profesional.
Acerca del porqué de esa imposibilidad, Raffaini no duda en apuntar a "ese requisito" de los siete avales que se implantó luego de que en 1991 el ex árbitro Teodoro Nitti sacara sólo un voto en la Asamblea en cuestión. "Eso impide que uno se presente, y no tendría que ser así. Si votan 49, ¿por qué te tienen que avalar siete? Con un aval debería ser suficiente", dice.
El dirigente asegura que "el único modo" de poder presentarse sería entonces "cambiar el reglamento y el estatuto de la AFA", pero advierte: "Nosotros (por Vélez) fuimos por esa vía en 2006 y la propuesta que se presentó para democratizar estas cuestiones no tuvo eco. Un punto era que no se pidieran siete avales públicos y otro que no hubiera reelección en forma indefinida, sino una vez sola".
Raffaini también recuerda que "para evitar malos entendidos incluso decíamos que el mandato en curso se consideraba como el primero de Grondona", pero así y todo aquella propuesta fue rápidamente descartada.
"Se había formado una comisión para estudiarla que estuvo integrada por (Alejandro) Marón, (José Luis) Meiszner y (Miguel) Silva, el vice de Arsenal. La estudiaron y la elevaron al Comité Ejecutivo, que enseguida la rechazó de plano", rememora frustrado el presidente velezano, dejando en claro cómo por serio que sea termina cualquier intento que socave en lo más mínimo la base de poder de Grondona.
Respecto del origen del grupo que pretendía candidatearlo y los motivos por los que sería necesario un cambio en la conducción de la AFA, Raffaini cuenta: "El movimiento surge durante el Mundial de Sudáfrica, cuando conversábamos con otros dirigentes y nos dábamos cuenta de que teníamos muchos problemas similares que no eran tratados seriamente en la AFA. Veíamos que las reuniones del Comité Ejecutivo eran muy breves y sólo se trataban nimiedades".
A continuación, el titular velezano deja mucho más clara la intención con que, si bien su candidatura "no se oficializó" finalmente, sí hizo "público" ante sus colegas de otras entidades que tenía pensado presentarse: "Lo que se busca es que la AFA sea lo que en definitiva es de algún modo: un sindicato de clubes donde se pueda hablar de temas como seguridad, economía, contratos con los jugadores, representantes e intermediarios".
En ese mismo sentido, Raffaini apunta que hoy "están todos los clubes igual" de expuestos ante embates como los que dejaron a Vélez sin figuras de la talla de Maximiliano Moralez o Santiago Silva, a quienes pudieron llevarse desde Italia con sólo pagar los montos fijados en sus contratos como cláusula de rescisión sin que importara la voluntad retenerlos que él y sus compañeros de Comisión Directiva tenían.
Por ello, asegura, "la idea es formar un cuerpo de abogados que asesoren a los clubes en estas cuestiones", que hoy hacen necesario según él que la AFA se asuma como un sindicato de clubes al estilo de la Liga de Fútbol Profesional de España. Y también, mejores negociaciones con los jugadores, ya que "quieren ser vendidos con un cláusula de gatillo, sin que corra lo del 20 por ciento que nos permitia renovarles automáticamente, pero también el 15 por ciento de cada transferencia, y así son todas para ellos".
Respecto de si se podría implementar alguna unión de clubes por separado de la AFA para actuar sobre este tipo de cuestiones como ocurre también en España, donde la LFP que manejan el Barcelona y el Real Madrid hace y deshace contratos -por ejemplo con la TV- mientras la Real Federación Española de Fütbol se ocupa de la Selección y otros asuntos, Raffaini es claro y sincero: "No hemos pensado en ir por afuera de la AFA. Todo es posible, pero no lo pensamos".
Asimismo, este hijo y nieto de velezanos descarta que su grupo pueda tener algún apoyo de la FIFA a partir de la movida de saneamiento de finanzas que Michel Platini viene proponiendo. Y no sólo por ser Julio Grondona vice 1° de ese organismo. "Qué vamos a pensar en la FIFA si ni podemos presentarnos en la AFA", reconoce.
Finalmente, no obstante, Raffaini reconoce que uno de los motivos por los que los clubes argentinos debieran sindicalizarse es la desprotección que sufren en general por parte de quienes legislan a nivel internacional. "En general, la FIFA por lo que yo veo está dictando normas para clubes europeos, es decir para clubes que importan y no que exportan. La problemática del fútbol sudamericano no está muy considerada", confiesa. Y sí: así no se puede. ¿No, Don Julio?
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