jueves 28 de marzo del 2024

El fútbol llora a cinco angelitos

Los chicos que murieron en Chacabuco jugaban en un club y venían de visitar Racing. Uno era fana de Huracán, que lamentó su pérdida. Galería de fotosGalería de fotos

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Inabarcable, cruel, imposible de explicar o describir. Así es el dolor por el trágico accidente que en la noche del último jueves tronchó la vida de cinco niños y tres adultos en la ruta 7 a la altura de Chacabuco. Una pena que atraviesa a toda la sociedad, pero muy especialmente a dos clubes y al fútbol de una populosa zona del noroeste de la provincia de Buenos Aires.

No por casualidad, de hecho, los cuerpos de Pedro Mendíaz, Tiago Godoy, Elías Cuenca, Juan Díaz y Tomás Merlano, los chicos de entre 7 y 11 años fallecidos en el trágico accidente, fueron velados por miles de personas este viernes en el gimnasio principal club Juventud Unida de Banderaló, la localidad del partido de General Villegas en la que vivían y en cuyo cementerio -ubicado a 3 kilómetros de esa entidad- descansan ahora luego de ser acompañados hasta allí por una caravana de cerca de cien vehículos.

Tampoco es casual que allí, junto a sus dolorosas tumbas, las coronas enviadas por otros clubes de la zona afloren junto con las de colegios y la intendencia de General Villegas. Y es que los chicos en cuestión tenían un sueño: ser jugadores de fútbol. Por eso habían viajado a Avellaneda y visitado la cancha de Racing, donde algunos incluso se habían probado con vistas a integrar las inferiores académicas.

Con ese sueño más encendido que nunca regresaban a su pueblo cuando un camión con acoplado volcó sobre la combi en que viajaban, que quedó casi totalmente destruida por el impacto.

La noticia caló hondo también en Parque Patricios, ya que uno de los chicos era hincha de Huracán y solía viajar con su padre 500 kilómetros fin de semana por medio para ubicarse en la platea Alcorta del Tomás A. Ducó.

Por eso, en el sitio web oficial del Globo podía verse esta noche una foto y un mensaje de condolencias para la familia de Tomás Merlano, el rubiecito que aparece al centro en esa imagen que ilustra también esta nota a modo de recuerdo para estos cinco angelitos que ya juegan juntos en el cielo.

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