jueves 28 de marzo del 2024

A 60 años del primer "Fútbol para Todos"

Hace 60 años, River y San Lorenzo protagonizaban un polémico primer partido televisado de la historia del fútbol argentino. Fotogalería. Galería de fotosGalería de fotos

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Hace exactamente 60 años, un 18 de noviembre de 1951, River y San Lorenzo protagonizaban el primer partido televisado de la historia del fútbol argentino. Y como hoy ocurre con la mayoría de los encuentros de Primera, la señal que transmitió aquel 1-1 fue Canal 7, que apenas un mes antes había hecho su primera transmisión difundiendo los actos del 17 de octubre.

Claro que por entonces era más fácil de explicar que un partido de fútbol fuese televisado por tal emisora. Y es que, de hecho, no había otra aparte de esa que había puesto en marcha y dirigía Jaime Yankelevich, considerado por tal motivo el padre de la TV argentina y fundador de una dinastía de importantes figuras del medio como su hijo Samuel, su nieto Gustavo y sus bisnietos Romina y Tomás.

De hecho, recién un 4 de noviembre del '51 aquel canal había empezado a emitir regularmente en horario exclusivamente vespertino, como lo haría 14 días después desde el desaparecido estadio de Avenida La Plata empleando tres cámaras de las que una fue operada por el joven director de la transmisión Nicolás Del Boca, más tarde director de cine y padre de Andrea Del Boca.

A cargo de los relatos, en tanto, estuvo el locutor radial Ernesto Veltri, quien con el seudónimo de Néstor del Campo había sido cantante de tangos en los años '40. Y el rol de comentarista lo cumplió con su habitual solvencia Enzo Ardigó, de larga y reconocida trayectoria en Radio Rivadavia al lado de relatores como Alfredo Curcu y José María Muñoz.

Pese a que sólo River llegaba a esa anteúltima fecha del torneo de 1951 con posibilidades ciertas de alcanzar el título, que finalmente se adjudicaría Racing al cabo de dos recordadas finales para desempatar el primer puesto con Banfield, casi 60 mil hinchas colmaron en aquella ocasión las instalaciones del Viejo Gasómetro, demostrando que aún faltaba mucho para que la TV restara público al fútbol.

Inclusive, muchos de esos espectadores se extrañaron al ver en las afueras del estadio un gran camión de exteriores con la inscripción "Canal 7", de proporciones similares a un colectivo y lleno de aparatos que Yankelevich había traído de Estados Unidos.

Mientras la temperatura trepaba a 35 grados, adentro del estadio parecía bastante mayor ya antes del partido, por algunas trifulcas que requirieron la intervención de la Policía durante los dos partidos preliminares que por entonces se jugaban. Sin embargo, no eran esos aún tiempos de barras ni de represión exagerada, por lo que para el comienzo del encuentro ya todo estaba controlado.

Donde sí tuvieron que volver a intervenir los agentes del orden fue en el campo de juego, luego de que a los 10 minutos San Lorenzo se pusiera en ventaja con un gol sumamente polémico conseguido por José Cristobal Maravilla, un sanjuanino que ese mismo año había debutado en Primera con los colores azulgranas.

Ocurrió que, tras cerrarse hacia la izquierda desde su posición de interior derecho o número "8" para provocar que saliera del arco el gran Amadeo Carrizo, Maravilla había despachado un tiro al parecer con más pretensión de centro que de otra cosa. Y el defensor riverplatense Héctor Ferrari había terminado rechazando de chilena esa pelota luego de que sobrevolara en paralelo la línea de gol.

Sólo luego de que los jugadores locales lo apuraran el árbitro inglés Cross, que en principio había hecho seguir la jugada, consultó con un juez de línea y cambió de opinión al punto de decretar el 1-0 parcial para San Lorenzo, que se iría así al descanso pese a las protestas riverplatenses al línea que motivaron el ingreso de la Policía al campo y que el partido estuviera suspendido seis minutos.

Por supuesto, en aquellos años no había Telebeam ni nada que sirviera para aclarar lo sucedido, y entonces todo quedó rápidamente en la anécdota incomprobable. Mucho más, cuando, luego de un entretiempo en el que los perros amaestrados de la Policía Federal hicieron las delicias de la gente con sus acrobacias, Vernazza empató a los 30 del complemento con un penal también polémico.

Lo que sí pudieron ver sin dudas aquellas muy pocas familias que por entonces se daban el lujo de tener una TV en sus casas fue el nacimiento de un espectáculo que, con el tiempo, agregaría un sinfin de polémicas a aquellas inaugurales, sin que hasta el día de hoy sea aprovechado para que los árbitros reviertan decisiones a veces más que cuestionables. ¿Lo será algún día?

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