miércoles 24 de abril del 2024

Aguilar: vacaciones de primera

El diario Perfil tuvo acceso a las fotos posteriores al día del escrache contra el ex presidente de River en Brasil. Miedo y paseos en banana. Galería de fotosGalería de fotos

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Cuando Ricardo Arjona no era el Ricardo Arjona de ahora, tan popular, escribía canciones como ésta: “...Yo te encontraré / no habrá sitio en el mundo / donde te escondan te hallaré / yo te encontraré...”. Era sobre un amor prohibido. Pero la siguiente está lejos de ser una historia de amor, aunque igualmente aplica a esa parte de la estrofa. Bueno, por algo siempre se dice que del amor al odio hay un pequeño paso. Se trata sobre la venganza, las ganas de encontrar culpables, de apuntar a un único responsable. El rencor. Es José María Aguilar, dicen los hinchas, el causante de todos los males de River. Y es José María Aguilar el hombre que no tiene paz: por eso, adonde vaya habrá un hincha de River para recordarle que es un demonio, según parece. Sufrió la condena popular en las elecciones porteñas, en julio, cuando el diario PERFIL lo descubrió haciendo fila para votar en la escuela Nº 6 Coronel Olavarría y ahora fue en Brasil, a 4.000 kilómetros de Buenos Aires, en Praia do Forte, Bahía, donde un grupo de hinchas lo hizo sentir persona no grata.

Perseguido. Los días tranquilos de José María Aguilar en el exclusivo Hotel & Resort Tivoli de Praia do Forte se acabaron en el mismo momento en que hinchas de River lo identificaron en las playas brasileñas, donde veraneaba con su familia. La noticia del escrache se conoció el martes pasado, cuando el diario Crónica publicó que una mujer lo insultó y lo esperó, junto a otros fanáticos millonarios, en el hall del hotel: “La estás pasando bien con la plata que le robaste a River”, le gritó, según el matutino, antes de que comenzaran a insultarlo y se tuviera que refugiar en su habitación.

PERFIL tuvo acceso a las fotos de los días posteriores a ese incidente. A Aguilar se lo ve tranquilo, tratando de disfrutar de la playa y el sol junto a su familia. Más flaco que en sus épocas al mando del club, incluso se animó a subir a una banana inflable. Pero cada vez que ve cerca a alguien con la banda roja en el pecho, le da pavor. “Lo vi durante cuatro días en la playa, bajaba del hotel, se tiraba en una reposera y hacía una vida normal, como la de cualquier turista. Ya lo habían escrachado, por eso creo que se lo notaba algo nervioso. Pero el último día no aguanté y me puse la camiseta para que me viera. No le iba a hacer nada, pero me vio y se fue con toda su familia al hotel”, relata un hincha que coincidió en Praia do Forte con Aguilar.

Según la web oficial del hotel, las habitaciones tienen un valor diario de 510 a 1.310 dólares (en pesos, de 2.200 a 5.700) y es un “lugar idílico para los amantes del ecoturismo en Brasil”. Muy exclusivo, aunque las playas no lo son. Y fue ahí donde reconocieron a Aguilar.

Pese a estos incidentes, Aguilar intenta hacer una vida normal. Sigue viviendo en su casa de Villa Urquiza, está al frente de su estudio y se encarga de cuestiones jurídicas relacionadas al deporte, principalmente al fútbol. Su faceta dirigencial terminó en el Mundial de Clubes de Japón, en diciembre pasado, donde integró la comisión organizadora del certamen. Ahora ese puesto en la FIFA lo ocupa Daniel Passarella. Y fue en tierras asiáticas donde habló después de dos años de ostracismo con la agencia DPA: “Ya hablaré más adelante porque tengo muchísimas cosas para decir. Llevo dos años sin hablar con el periodismo por recomendación judicial. Hablaré cuando tenga garantías sobre la seguridad para hacerlo. Mi idea es terminar aquí, es lo último que haré, porque estoy completamente alejado del ambiente del fútbol”.

Mientras tanto, Arjona y los hinchas cantan: “...aunque seas la aguja en el pajar / yo te encontraré...”.

(*) Nota publicada en la edición impresa del Diario Perfil

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