viernes 29 de marzo del 2024

Este Boca pierde más sin Schiavi que sin Riquelme

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Hay verdades incontestables. Que Schiavi ordenó el fondo de Boca es tan evidente como que Riquelme organiza el juego del último campeón, y ambas son verdades incontestables. Aunque, para muchos, Schiavi es más trascendente en este Boca que Riquelme. Nunca va a decirlo, pero se sabe que –si tuviera que elegir entre uno y otro– el técnico Falcioni escogería a Schiavi. Y aunque Riquelme es impagable y es quien nos lleva a todos a una cancha, Falcioni no se equivoca.

En su equipo, este Boca, Schiavi es más útil que el mismísimo Romy. No solo porque Boca fue campeón con un Riquelme que estuvo tan ausente como presente, demostrando que su omnipresencia era relativa, sino porque para su función –aunque con otras capacidades– Boca tiene más opciones.

Alcanza simplemente con darle a Erviti esa responsabilidad y poner (ahora) a Ledesma para hacer el trabajo que ejecuta Erviti. Con Schiavi es diferente. No hay manera de sustituirlo. Boca en el fondo era un desastre, y no solo porque no tenía arquero (Orión, en cambio, es una garantía). Los problemas de los recientes tiempos en que tenía a Cellay, Caruzzo, Insaurralde y compañía eran tremendos.

Schiavi solucionó todo, empezando por hacer respetar la camiseta que vestía. Segundo, por el juego aéreo. Y tercero porque, a su lado, hasta Insaurralde parece capacitado para jugar en Boca: reconózcase que es el jugador más flojo del equipo xeneize.

La experiencia de Schiavi es impagable. Roncaglia, que alguna vez fue delantero y terminó zaguero, se convirtió en lateral gracias a Schiavi. El medio campo tiene respiro no solo cuando le da la pelota a Riquelme, sino también cuando la retrasa, e incluso cuando se le escapa alguien: sabe que la recibirá Schiavi.

Sin él, los próximos tres partidos –Newell’s (en el que igual no estaría por acumular cinco amarillas), Central Córdoba de Rosario por la Copa Argentina (en el que tampoco jugaría porque será un equipo mixto y Falcioni ahorrará energías de los más trajinados) y San Lorenzo– son un problema para Boca. Pero no tanto como en caso de que Schiavi no esté listo para jugar el 7 de marzo frente a Fluminense por la Libertadores. En ese partido, Boca se juega media clasificación.

Sin Schiavi, Falcioni tiene dos opciones: la primera y más lógica y segura –según la lectura que puede hacerse del histórico del DT– es alinear a Roncaglia, Caruzzo, Insaurralde y Clemente, que ya está en condiciones de jugar. La otra opción es incluir a Franco Sosa como lateral y que Roncaglia vuelva a su posición natural de zaguero centro.

Boca en ninguno de los dos casos será el mismo. Schiavi es el único jugador que puede traducir a Boca, a la historia de Boca, sus necesidades y sus ambiciones. Los otros no. Los otros juegan en Boca, pero no pasarán a la historia aunque hayan sido campeones y tengan sus talentos. Como Riquelme, Schiavi es otra cosa. Boca sin ellos también es otra cosa…

(*) Director Diario Libre Deportivo

Columna publicada en la edición de hoy de Libre Deportivo

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