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En un partido de escaso vuelo pero en el que tuvo mejores chances que un Vélez abúlico y errático, Newell's encontró sobre el final un premio merecido a su orden y su insistencia con un gol que el ex fortinero Hernán Pellerano hizo casi desde el piso, rematando una pelota que tras dar en el travesaño traspasó apenas la línea antes de ser rechazada para establecer el 1-0 en Liniers.
De esta manera, el equipo de Gerardo Martino quedó cuarto en la tabla de posiciones del Clausura con 13 puntos, a dos del líder Estudiantes de La Plata y uno de los escoltas Boca y Tigre. Vélez, en tanto, perdió una buena oportunidad de alcanzar en la cima al Pincha como lo hubiera hecho en caso de ganar, y al término de la séptima fecha se ubica quinto con 12 unidades.
Vélez no pudo desplegar su juego habitual contra el sistema defensivo dispuesto por el entrenador Gerardo Martino, y aunque en el primer tiempo manejó la pelota estuvo incómodo a lo largo de todo el partido. Trató de progresar por las bandas por medio de Augusto Fernández y Federico Insúa, pero ninguno desequilibró y su búsqueda terminó diluyéndose en centros improductivos.
En tanto, Newell's fue punzante de contragolpe y estuvo cerca de ponerse en ventaja a los 16 minutos de juego, cuando Víctor Figueroa remató sutil aunque imprecisamente un centro de Mauricio Sperdutti de cara al gol.
Vélez seguía sin inquietar al arquero Sebastián Peratta cuando, a los 26, Pablo Pérez probó desde afuera del área y su tiro pasó muy cerca del palo derecho.
En el complemento la visita aumentó la presión, subió la apuesta encerrando al anfitrión en su campo y buscó quebrarlo con un juego vertiginoso y directo. Esto actuó en detrimento del espectáculo e hizo que se perdiera la poca claridad que había tenido el trámite del encuentro.
El equipo de Liniers tuvo una llegada aislada y sumamente peligrosa a los 35 minutos, mediante un pelotazo cruzado de Mariano Bíttolo que halló a Fernández solo junto al poste izquierdo, pero el volante no pudo conectar bien la pelota en el momento cúlmine.
Parecía que el partido terminaba sin goles, pero Newell's no se conformaba. Por ello, no fue injusto que sobre el final aprovechara su chance, al valerse Pellerano de un tiro de esquina ejecutado por Juan Domínguez para convertir y, de paso, demostrar una vez más aquello de que "no hay peor cuña que la del mismo palo".
